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El informe de la ONU advierte de que el virus crece alarmantemente en Rusia, Asia y el Magreb

El sida bate su récord al matar a tres millones de personas en el 2003

Italia probará una vacuna en 32 voluntarios sanos y otros 56 protadores del VIH

Publicado por
León

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Aunque el año aún no ha terminado, en el 2003 el sida ya ha batido su macabro récord de muertes y contagios. En sólo once meses, tres millones de personas han fallecido por la enfermedad y otros cinco millones han sido infectadas con el VIH, las cifras más altas jamás registradas desde que se conoce la epidemia. A pesar de que en los últimos años la inversión en programas para controlar la infección por VIH se han multiplicado en todo el mundo, estos han sido insuficientes a todas luces a la vista de que su expansión parece imparable. El informe anual de Onusida que recoge estos datos evidencia que la pandemia no muestra signos de ceder. En la actualidad, en el mundo viven 40 millones de infectados, incluidos 2,5 millones de menores de 15 años y cada día 14.000 personas más se contagian. «Todavía no hemos alcanzado el límite de transmisión», adviritió ayer en Londres el presidente de Onusida, Peter Piot, que considera vital cum-plir el plan de hacer llegar el tratamiento antirretroviral a tres millones de personas de los países en desarrollo antes de 2005. Avance en Europa El África subsahariana sigue siendo la zona más afectado y concentra el 95% de los enfer-mos. Sin embargo, el informe de la ONU advierte que en los países del este de Europa, especialmente Rusia y Ucrania, el Magreb y zonas de Asia, como Vietnam, los nuevos contagios están aumentando de forma muy alarmante, por encima de los que sufre África. La mayor parte de los contagios están relacionados con el aumento de consumo de droga por vía intravenosa. El Ministerio de Salud italiano autorizó ayer la experimentación en humanos de una vacuna contra el sida que han desarrollado médicos del país. Durante seis meses la vacuna se probará en 32 voluntarios sanos y en otros 56 portadores del VIH. La intención es comprobar que, por un lado impide la infección del sida y el avance de la enfermedad y por otro, que resulta inocua para la salud. La vacuna se basa en la proteína Tat, una de las sustancia que ayuda al virus a inactivar el sistema inmunológico.