Toyota lanza un renovadísimo RAV4 lleno de pequeños detalles

En su día marcó estilo y, aún hoy, el Rav4 sigue manteniendo un evidente carisma estético en el campo de los todo terreno civilizados , quizá más próximo al asfalto que a la drástica utilización off road . Pero, por aquello de que el tiempo no pasa en balde, su fabricante lo ha sometido a una serie de pequeñas mejoras que le permitirán, al Rav4, seguir manteniendo su sitio en el corazón de los incondicionales. Aparte de la estética, la de la seguridad es la parte del renovado Rav4 en la que Toyota ha hecho mayor hincapié: control de estabilidad y adop ción de airbag frontales con dos etapas de accionamiento y de cortinilla (primicia en su segmento), son los capítulos que más destacan en la puesta al día de este indiscutible líder de los todoterrenos ligeros. Unas adopciones, de serie en toda la gama, que evidencian el «interés» de la marca nipona por no dejarse pisar un terreno que, dicho sea de paso, podría verse amenazado -y hasta invadido- por las también recientes puestas al día de algunos de s us más correosos enemigos naturales , entiéndanse Nissan X-Trail o Land Rover Freelander. En el capítulo de utilización práctica, el nuevo RAV4 se configura ahora como un vehículo mucho más adaptado al asfalto, sin que ello quiera decir que haya perdido condiciones de pista, sólo que, la experiencia de años de comercialización, quizá haya indicado que las apetencias de su público (bastante fiel, por cierto) hacían indicaciones en este sentido. No se olvide que, en la inmensa mayoría de los casos, el comprador de este tipo de todoterrenos acaba por «casi» no pisar la tierra en todos los años de vida útil de su coche o, cuando menos, la pisa... de refilón. Las mejoras en los tarados de suspensión, la adopción de barras estabilizadoras en ambos trenes y, desde luego, las ayudas electrónicas (control de tracción TRC y estabilidad VSC y frenada de emergencia ABS-BA) han acabado por configurar un Rav4 sensiblemente más civilizado que lo fueron sus antecesores. Por lo que respecta al apartado motorístico, Toyota mantiene las mismas propuestas: dos motores de gasolina y el turbodiesel D4D. En el primero de los casos, con los cuatro cilindros de 1.8 y 2.0 litros (125 y 150 caballos respectivamente) y en el del gasóleo, con la cilindrada de 2.0 litros y los 116 caballos de potencia. Tanto el gasolina más alto como el D4D incluyen el sistema de tracción 4x4. En lo estético, sólo unos leves retoques en los parachoques, unas llantas de nuevo diseño y una también nueva tapa de rueda de repuesto permiten saber que estamos ante el actualizado RAV4. Mientras el volante, y unas discretas inserciones metálicas en la consola central, ponen de manifiesto las novedades en su interiorismo.