El Senado de EE.UU. aprueba una ley que penaliza los correos-basura
El Senado de EE.UU. aprobó ayer un proyecto de ley que penaliza el envío de correo-basura que inunda los buzones electrónicos de los usuarios de Internet y ocasiona al sector privado pérdidas de 8.900 millones de dólares al año. La iniciativa de ley, promovida por el senador demócrata Patrick Leahy y el republicano Orrin Hatch, prohíbe el envío de correos y ofertas no solicitados e impone sentencias de entre tres y cinco años en prisión para quienes cometan este delito. El proyecto, que se debatirá ahora en la Cámara de Representantes, también prohíbe el uso o infiltración de una computadora para el envío de mensajes no solicitados y en los que se han utilizado trucos o artimañas engañosas para ocultar su origen. Medios fraudulentos Leahy explicó que una vez promulgada, la ley combatirá principalmente a los individuos y empresas que más abusan de un sistema de computación o recurren a diversos medios fraudulentos para el envío de correo «basura». Este tipo de correo «crea atascos en las arterias de Internet e interfiere en su utilidad... es más que una inconveniencia tecnológica, porque debilita el vasto potencial de internet», afirmó Leahy en un comunicado. Según un estudio reciente de la empresa Ferris Research, el envío de correo-basura ocasiona al sector privado de EE.UU. gastos de 8.900 millones de dólares anuales, en concepto de pérdidas de productividad y la compra de equipos tecnológicos para bloquear esos mensajes. La Comisión Federal de Comercio de EE.UU. (FTC), que respaldó esta medida, advirtió recientemente que la proliferación de «correo basura» en Internet, también conocido como «spam» en EE.UU., representa una amenaza para el futuro de la web. Según la FTC, dos de cada tres «correos basura» que invaden los buzones electrónicos de los internautas son fraudulentos y colapsan las pantallas de los ordenadores dificultando y entorpeciendo el trabajo del usuario. El caso más grave es el «spam» que ofrece oportunidades de negocio o financieras, como hipotecas o tarjetas de crédito a bajo interés, o la compra de productos personales, y que son fraudulentos en el 96 por ciento de los casos. Ahora el Senado de EE.UU. quiere poner control al envío de esta propaganda por medio de Internet.