Diario de León

A LA ÚLTIMA

Affective computing

Publicado por
JAVIER MONJAS
León

Creado:

Actualizado:

SI USTED es uno de los míos, probablemente amará a su ordenador. No a lo que hace con él, sino a él mismo por ser lo que es, él mismo, que así son los amores auténticos. Pero, ¿se ha preguntado si el ordenador le ama a usted? En Estados Unidos comienza a estudiarse lo que se denomina como «affective computing», o, como diríamos nosotros, «informática afectiva». En otras palabras, qué tipo de relaciones emotivas, sentimentales y hasta pasionales podemos desarrollar con el ordenador. En el MIT, el famoso y puntero Instituto Tecnológico de Massachusetts, se está llevando a cabo un experimento con tres grupos de voluntarios. Laura, una señorita virtual de buen ver y voz dulce y sugerente -que esto siempre ayuda pues hay que recordar que el mundo electrónico es aún masculino- recomendará al primer grupo la realización de un objetivo diario de ejercicio físico, y, además, realizará un tierno seguimiento de los progresos conseguidos mientras responderá mediante un sistema de inteligencia artificial a las posibles caídas de ánimo o a las preguntas de los esforzados voluntarios. Un segundo grupo recibirá simplemente las instrucciones de la boca -y la pantalla- de Laura, sin mayores ternuras ni ánimos, mientras un tercer grupo simplemente ni sabrá que Laura existe, y recibirá las instrucciones en la pantalla del modo frío y habitual con las que las recibimos cada día. Se trata de confirmar si los ordenadores son capaces de reconocer, expresar e influir emociones en los usuarios. Se trata de saber si la relación afectiva entre nosotros y nuestra máquina es correspondida por ella, si un día nos animará en nuestros días alicaídos o si nos dará una cariñosa reprimenda cuando la encendamos tras una noche de picos pardos. Lo más interesante es conocer el tipo de afectividad que demostrará: ¿Maternal y por tanto un poco regañona, como corresponde? ¿De novia celosa que nos dé un calambrazo de vez en cuando para recordarnos a quién pertenecemos? ¿O de novio posesivo que nos haga llevar una videocámara para saber con quién hablamos en el trabajo? Alguna vez tendremos que llevar flores a nuestro ordenador. Aparte de ser nuestro amigo, lo sabe todo sobre nosotros, lo que nadie más que él sabe, todo lo que hasta nosotros mismos un día nos podemos ocultar.

tracking