Cosas de aquí | Un árbol centenario en la uci
El ciprés se resiste a morir
El emblemático árbol del convento de La Anunciada, en Villafranca del Bierzo, responde bien a las primeras terapias para evitar que se seque tras 400 años de vida
Salvar al ciprés de La Anunciada. Este hito orientador del paisaje villafranquino y uno de los protagonistas del rico acervo cultural, monumental y paisajístico de la villa muestra actualmente un precario estado de salud que, incluso, ha hecho temer su desaparición. Por eso, ese es el objetivo que se han marcado diversas instituciones y grupo de expertos que ya han establecido las nuevas líneas de acción y conservación que deben aplicarse al ciprés, después de analizar los primeros tratamientos fitosanitarios, cuyos resultados han abierto una puerta a la esperanza. Asimismo, se han repartido una serie de tareas en pro de un trabajo más efectivo que conduzca a la recuperación del árbol. El objetivo primordial es sacarlo fuera de peligro en cuatro años, lo que le permitiría celebrar con la congregación y el pueblo, el cuarto centenario del convento de la Anunciada, fundado en 1606. De pasar satisfactoriamente este primera etapa, los tratamientos se continuarían aplicando durante diez años, lo que permitiría al ciprés volver a gozar de buena salud y permanecer también como hito orientador de generaciones futuras, ya que, de conseguirse su total recuperación, este ejemplar de Cupressus sempervirens , que actualmente es el más antiguo (cerca de 400 años) y alto de España (36 metros), podría llegar a vivir más de 2.000 años, según estiman los expertos. En la última jornada de trabajo celebrada en Villafranca a mediados del pasado mes participaron las hermanas Clarisas, moradoras del convento de La Anunciada y propietarias del ciprés, representantes del Departamento de Árboles Monumentales de la Diputación de Valencia, de la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León, de la Diputación Provincial, del Ayuntamiento de Villafranca, de la Escuela de Capacitación Agraria de Almázcara, del Instituto de Estudios Bercianos y de la Asociación para la Defensa de los Árboles A Morteira, además de botánicos villafranquinos. Esta toma de contacto sirvió para repartir los roles que, durante el proceso de recuperación del ciprés, jugarán cada uno de estos participantes. Integrantes del Departamento de Árboles Monumentales de la Diputación de Valencia, bajo la batuta directora de Bernabé Moya, serán los encargados de llevar a cabo los planes de control fitosanitario y de restauración del emblemático ejemplar, todo ello en función de la respuesta del árbol a los tratamientos aplicados anteriormente. Así, durante el año 2004 se aplicarán cuatro nuevos tratamientos, dos en primavera y dos en otoño, que, junto a los previstos para los tres años siguientes serán imprescindibles para evitar la seca del ciprés, acosado, entre otras patologías, por plagas, hongos y por una especie de trombosis, es decir, por la interrupción de la conducción de la sabia en torno al 35% en la parte basal del tronco, debido a las transformaciones del entorno. Un entorno que, según explicó la hermana Carmen, será de nuevo remodelado a través de una valla verde natural, para adecuarlo de nuevo a las necesidades del ciprés y de la propia congregación. En lo que se refiere a los fondos para hacer frente a los costosos tratamientos que recibirá el árbol, los públicos serán aportados por la Administración Regional, que ha incluido al ciprés de La Anunciada en el Catálogo Especies Vegetales de singular relevancia de Castilla y León, y por la Diputación Provincial, mientras que, por su parte, el Instituto de Estudios Bercianos y A Morteira serán los encargados de buscar financiación privada que permita costear las actuaciones realizadas hasta el momento. En cualquier caso, tal y como señaló la portavoz de la congregación, la hermana Carmen, todavía no se ha podido establecer un presupuesto exacto, ya que muchos de los tratamientos se llevarán a cabo en función de la respuesta del ciprés a los anteriores. Por su parte, el Ayuntamiento de Villafranca, colabora con la maquinaria pesada necesaria para realizar los trabajos en el cuerpo del ciprés. La comisión de trabajo también ha previsto poner en valor y difundir la tradición histórica, medioambiental y espiritual relacionada con el ciprés a través de un archivo documental que recoja y estudie el conjunto de documentos escritos, gráficos y orales existentes acerca de este magnífico ejemplar. Así, la recopilación de la rica memoria histórica del ciprés correrá a cargo de la archivera del convento, la hermana Carmen y de la investigadora villafranquina Dolores Fernández.