Alimentos anticancerígenos
Ahora que estamos en temporada de cítricos -naranja, pomelo, limón- conviene recordar las ventajas de su consumo, que no se reducen solamente a ser fuente de vitamina C, capaz de estimular las resistencias del organismo frente a virus y bacterias y ser muy eficaces para combatir resfriados. Además, la vitamina C es utilizada para sintetizar colágeno, responsable entre otras cosas de la cicatrización de las heridas, incrementa la absorción del hierro y reduce el riesgo del desarrollo de cataratas. Los cítricos contienen más vitaminas (B6, tiamina, niacina, ácido pantoténico), carbohidratos solubles, fibra y minerales. Además, como su valor energético es muy pequeño (naranja, 70 kilocalorías, pomelo 90) son recomendados para combatir el sobrepeso. Igualmente, poseen compuestos fitoquímicos que pueden ayudar a reducir el riesgo o retrasar la progresión de enfermedades como hipertensión, cáncer, trastornos cardiovasculares o anemia. Su contenido en hesperidina (un antioxidante) favorece que su consumo regular eleve los índices del llamado colesterol «bueno». La limonina, presente en la naranja y el limón, inhibe el desarrollo de ciertos tumores, mientras que el beta-caroteno, por sus propiedades antioxidantes, también desempeña una importante función preventiva en cánceres como el de estómago. Conviene recordar que, aunque los procesos a los que se someten los zumos provocan pérdidas de vitamina C, en muchos casos se vuelve a añadir después del procesado. Estos últimos y, en especial, los naturales son los más recomendados.