De muertes y nacimientos

LA PROVINCIA de León pierde población de modo continuo, al menos en cuanto al crecimiento vegetativo se refiere. En el 2001 (últimas cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística) los nacimientos fueron 3.188 y las defunciones 5.260, con lo que el saldo negativo de la población se sitúa en 2.072 habitantes menos que el año anterior. Este descenso afecta especialmente al mundo extraurbano, ya que de las defunciones citadas pertenecen a los pequeños pueblos 2.917. Un dato curioso -y alarmante desde la fe- es que de los 3.188 nacidos, 516 vieron la luz en una familia no convencional; y un dato a añadir y tener en cuenta: ya casi son tantos los niños nacidos del primer matrimonio como del segundo (éste no siempre canónico ni mucho menos). Es llamativo ver que el municipio de la capital tiene 183 habitantes menos (en crecimiento vegetativo, es decir, comparando defunciones y nacimientos), Ponferrada 45, Astorga 69, Villablino 24, Cistierna 35, Valencia de Don Juan 11, Valderas 16, La Bañeza 7, Boñar 27, Fabero 29, Santa María del Páramo 2, Sahagún 22; Sabero 11, Pola de Gordón 49. Por el contrario, aumentan San Andrés del Rabanedo en 63, Sariegos en 13, Valverde de la Virgen en 3, Villaquilambre en 41 (todos ellos del alfoz de la capital), Escobar de Campos y Mansilla de las Mulas en 1, Bembibre en 6 y Valdefuentes del Páramo en 2. Los datos reales nacerán de éstos y de los nuevos empadronamientos, incluidos los inmigrantes. No obstante, aunque haya alguna variante, estamos abocados al envejecimiento y a la despoblación crecientes, si Dios no lo remedia. Y no es fórmula socorrida: con ella se subraya que los humanos no tenemos la solución. A este problema y a otros muchos. Lo que no quiere decir que nos apuntemos a lo de clamar a Santa Bárbara cuando truena. Otras cosas más gratificantes. Desde hace un tiempo se puede recorrer nuestra Catedral en compañía de una «audioguía» que nos ilustra de forma sonora sobre diferentes aspectos de la riqueza arquitectónica, escultórica y pictórica que allí se atesora. Contempla trece paradas y tiene unos 40 minutos de duración. La grabación, hecha con dignidad y acierto, acompaña al visitante por lugares emblemáticos: los sepulcros de los Obispos Martín Martínez y Martín Zamorano, así como del rey Ordoño II, las imágenes de la virgen Blanca y de la Virgen de la Esperanza, las vidrieras, el trascoro... Como se puede comprobar, no siempre la técnica y la iglesia andan a la greña. Otro aval para la afirmación es el primor hecho libro firmado por los hermanos Velado Graña a la pluma, Roberto Martínez a la cámara e Imagen Prisma en la impresora: «Beht-Lehem. La Navidad en el Tercer Milenio de la Iglesia» es un recorrido en letra e imagen por las expresiones artísticas de nuestra provincia. Que no todo van a ser euros y crónicas marcianas. Hace unas semanas se puso fin a la restauración de la iglesia de Villarmún, Bien de Interés Cultural desde 1982, de factura románica del siglo XII. Igualmente se inauguró, con la presencia del señor Obispo, el templo parroquial de Fresno del camino, considerado una joya de la arquitectura popular del siglo XVI, en pleno camino de Santiago. La obra se debe al entusiasmo del párroco, el dominico P. Dimas Vázquez, y de los vecinos, que trabajaron en «hacendera» y contaron además con importantes aportaciones de la Junta Vecinal y del Ayuntamiento de Valverde de la Virgen. Al hilo de las obras materiales, dejemos constancia de que la restauración de San Miguel de Escalada sigue adelante, después de haber estado detenida durante un tiempo; su término se prevé para el próximo verano. También en Sahagún ya está restaurada la capilla de San Benito. Y la que también está quedando como un pincel es la iglesia de Bercianos del Páramo. Que no falten las intervenciones físicas a la tarea de hacer templo espiritual, que eso sí. Y que no se nos pase el golpe de bonete ante los diez años de la Residencia de Ancianos Virgen de Loreto de Valencia de Don Juan. Y más. A medida que se cree menos en Dios, se gasta más en Lotería: este año se prevé que cada leonés comprará casi 70 euros de lotería navideña. Bueno, hermanos, que sea para bien.