Sadam se ocultaba en el sótano de una tienda de verduras.
Está más delgado y en el momento de su detención presentaba una poblada barba.
La larga escapada del ex presidente iraquí de las fuerzas encabezadas por Estados Unidos apenas superó los ocho meses, tras el desmoronamiento de su régimen el pasado 9 de abril.
Soldados estadounidenses explicaron que por su apariencia no parecía Sadam, aunque lo delataban varias cicatrices.
Tras la detención, muchas personas de Bagdad y de otras ciudades iraquíes saltaron a la calle para expresar su júbilo.