La aventura de deslizarse

Como si de una cabaña centroeuropea se tratara, con techo abuhardillado, la pista de hielo comienza a recibir sus primeros patinadores tras quince días de impaciente espera para que las instalaciones cumplieran con todos los requisitos. Más profesional que la pista del pasado año ubicada en San Marcelo, el cuadrante helado de esta nueva temporada cuenta con todo tipo de consejos, normas de uso, medidores de temperatura y música a la última, nada de villancicos trasnochados. Setecientos metros cuadrados de superficie, con una altura de seis metros, la carpa preside el aparcamiento de San Pedro, donde estará hasta mayo. Hasta allí se acercaron ayer sobre todo niños con sus familias, más para curiosear que para patinar como primer paso antes de lanzarse dentro de unos días a la emoción del hielo. Medio millar de pares de patines, desde el número 26 al 49, aguardan el movimiento a través de los pies de sus inquilinos. A partir de los tres años ya pueden experimentarse las sensaciones de deslizarse sobre el hielo. Los patines, con una estructura de cuchilla más ancha que los convencionales para garantizar el equilibrio, permiten a los aventureros de la pista mantenerse al menos en pie la primera vez que llegan al recinto. Para los siguientes pasos, ahí están los monitores que ayudan a tomar conciencia y practicar las normas básicas para patinar con cierta dignidad. «A los que no han patinado nunca les decimos que echen el cuerpo para delante, doblen las rodillas y mantengan el trasero en pompa; luego les sostenemos la mano hasta que se sueltan y toman confianza», indica Nerea, una de las profesoras que con suma paciencia en la primera sesión de ayer ya dio unas cuantas vueltas a la pista a los no iniciados. La empresa propietaria llega de Gandía con diez personas para atender las instalaciones. Como novedad, además, en el recinto existen máquinas de café, refrescos y refrigerios para entretener la espera en la zona de gradas. «Nos decidimos por León porque aquí existe mucha afición a los deportes de invierno, al patinaje sobre hielo. No sólo viene gente de la ciudad, sino también de toda la provincia», comenta Juan Carlos, uno de los responsables. El horario durante las Navidades permite utilizar la pista de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 22.00 horas. Respecto a los precios, cuesta cinco euros la entrada normal, 3,50 hasta los 12 años, cuatro para los universitarios y 2,50 para escolares con carné de las Escuelas Municipales. Los festivos por la tarde seis euros.