La familia es noticia

REVISEMOS los recortes de prensa que hemos archivados en las últimas semanas. Hoy nos interesan las noticias que se refieren a la familia. He aquí solamente un puñado de ellas: -«La precariedad de las relaciones de pareja provoca que cada cuatro minutos se rompa un matrimonio. Más de un millón de niños se ha visto afectado por procesos de separación y divorcio» (29.10.2003). -«La violencia doméstica ya se considera un problema de salud pública. Hasta septiembre se han presentado 37.959 denuncias por malos tratos» (26.11.2003). -«La mujer española ha duplicado, en 25 años, su actividad laboral a costa de tener la mitad de hijos. El mayor acceso al trabajo les ha obligado a retrasar dos años la edad de la maternidad» (6.12.2003). -«Cada año se producen 18.000 embarazos en menores de 20 años, el doble que hace una década» (16.12.2003). Tres misiones en una Son sólo cuatro titulares, escogidos al azar. Ofrecen «una» visión de la familia española. No refleja toda la realidad. Un viejo refrán árabe dice que «Hace más ruido un árbol que cae que todo el bosque que crece». Pero no se podrá negar que son muchos los árboles que caen. Ante un panorama como éste, ¿qué podemos pensar en este día en que se celebra la fiesta litúrgica de la Sagrada Familia? -Seguramente hemos de intentar anunciar el evangelio de la familia: todas y cada una de ellas, con independencia de su credo religioso, son el primer lugar de humanización y socialización. La familia cristiana es, además el lugar privilegiado para la evangelización. -Además, hemos de celebrar el milagro de la familia. Cada una de ellas es un canto al amor y a la vida. Debe serlo. La familia cristiana, por su parte, hace de la celebración de la fe un espacio de encuentro con Dios y con su propia identidad. -Y, por fin, hemos de servir a la causa de la familia. Cada una de ellas necesita la protección de las instituciones para poder crecer sana y fuerte. La familia cristiana, por otro lado, ha de enseñar a sus miembros a servir a los demás en el amor. Tres pérdidas en una En el evangelio de hoy se nos recuerda la peripecia de José y María, que buscan a Jesús (Lc 2, 41-52). Entre las numerosas sugerencias que nos ofrece este texto, nos quedamos tan sólo con una frase: 1396862068 «Tu padre y yo te buscábamos angustiados». Pensamos en las familias que intentan engendrar un hijo por todos los medios, pero también en las que no pueden perdonarse a sí mismas haber suprimido la vida de un hijo cuando estaba en camino. ¿ «Tu padre y yo te buscábamos angustiados». Pensamos en las familias que asisten impotentes al descalabro de unos hijos entregados a la droga, a la bebida, al juego, al sexo promiscuo y prematuro y también a las que sufren el azote de la violencia doméstica. ¿ «Tu padre y yo te buscábamos angustiados». Pensamos en las familias que han padecido el azote del terrorismo o han perdido un hijo con motivo de una guerra inexplicable, y también en las que los pierden cada semana en los accidentes de tráfico. - Dios amoroso, de quien proviene toda paternidad, bendice a nuestras familias para que descubran su misión y a todos danos luz y fuerza para ayudarlas a cumplirla con paz y generosidad. Amén.