La operación tuvo lugar a principios de este mes en una clínica privada de Lérida
Una mujer, en estado de coma después de que le realizarán una liposucción
La paciente ingresó en el hospital con una hemorragia e infección en las heridas
Una mujer de 29 años permanece ingresada en la unidad de cuidados intensivos (UCI) del Hospital Arnau de Vilanova de Lérida después de que se sometiera a una liposucción abdominal y en los muslos en un centro privado de la mencionada ciudad catalana, según confirmaron ayer fuentes del mismo centro hospitalario. Tras realizarse la intervención y transcurridos unos días, la joven sufrió una grave hemorragia que complicó su estado de salud. La mujer, de origen sudamericano, decidió someterse a una liposucción en un centro privado ubicado en la calle Vallcalent de Lérida. Al parecer, la intervención transcurrió con total normalidad pero, unos días después, la paciente empezó a encontrarse mal y acudió al hospital Arnau de Vilanova. Una vez allí, los médicos le detectaron diferentes irregularidades en la intervención ya que se le apreciaron una serie de orificios en la piel fruto de la liposucción. La chica pasó varias horas en urgencias para ser examinada y allí mismo sufrió una hemorragia y una infección en las heridas. Ante la gravedad de la situación, los médicos decidieron sedarla e intubarla para ingresarla inmediatamente en la UCI. Si su situación no mejora, la joven, que lleva ingresada en el Arnau de Vilanova desde principios de mes, podría ser trasladada en los próximos días a un centro hospitalario de Barcelona. Además, según los médicos que le atienden, existen muchas posibilidades que la joven deba ser sometida a cirugía plástica para solventarse las lesiones que tiene en la piel. Negligencia médica El Juzgado de Primera Instancia número 1 de Córdoba condenó a V.A.A., médico de una consulta privada, a indemnizar con la cifra de 10.000 euros a una paciente que padeció una incontinencia urinaria «extrema» por un error de diagnóstico, según la sentencia de 22 de diciembre. La paciente acudió a la consulta con dolor en el bajo vientre, escozor al orinar y apariencia de infecciones de orina que no tenían reflejo en la analítica. Por este motivo, el médico, «sin explorar a la paciente, porque no lo consideró oportuno en ese contexto» realizó una biopsia y un recorte del cuello de la vejiga, creyendo que así mejoraría posibles síntomas de incontinencia urinaria. Sin embargo, la paciente no sólo no mejoró, sino que su situación «se agravó notablemente al presentar una incontinencia urinaria que era absoluta cuando estaba de pie o realizando algún esfuerzo», hasta el punto de tener que utilizar pañales «a todas horas», tal y como relatan los hechos probados de la sentencia. Ante esta situación, se le realizaron nuevas pruebas que no resolvieron su estado. Sólo cuando se le ingresó en el Hospital Reina Sofía de la capital cordobesa para realizarle una intervención quirúrgica se descubrió que lo que realmente padecía era una fístula vesico-vaginal. Una vez operada se acabó finalmente con el problema sin que la paciente padezca en la actualidad ningún problema.