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La Constitución «ye llionesa»
El filólogo y profesor Diego José González es el traductor al leonés de la Constitución Española bilingüe que entrega gratuitamente la Concejalía de la Juventud de León
« España fórmase nun Estau social y democrático de Drechu, que propugna como valores superiores del sou ordenamientu xurídicu la llibertá, la xusticia, la igualdá y el pluralismu políticu». Así comienza el artículo primero del Título Preliminar de la Constitución Española bilingüe (en leonés y en castellano) que editaron de forma conjunta los ayuntamientos de Villaquilambre, San Andrés del Rabanedo y León con motivo del 25 aniversario del texto constitucional, celebrado el pasado 6 de diciembre. Este nuevo volumen, que lleva por título 25 años de Constitución - 25 años de llibertá puede retirarse gratuitamente en la Concejalía de la Juventud de León (en la calle Joaquina Vedruna) y constituye el primer caso histórico en el que la lengua leonesa se emplea para plasmar el contenido de una Carta Magna nacional. Así, las peculiaridades lingüísticas de origen medieval que aún hoy se conservan en Laciana, Babia, Omaña, Cepeda, Este berciano, Órbigo, Argüellos y Cabrera, y de manera más fragmentada en el resto de la provincia, saltan del uso rural y doméstico para insertarse en el registro institucional de las leyes y disposiciones básicas que permiten el funcionamiento democrático del país. El hecho de que esta novedosa publicación haya salido a la luz constituye la demostración más perfecta, según el filólogo Diego José González, traductor del texto, de que el leonés «es permeable, está vivo y se adapta a todas las situaciones y todos los contextos». González tiene raíces omañesas y es profesor de Lengua Leonesa en los cursos regulares que ofrece el Ayuntamiento de León. Comenzó su trabajo de volcar a esta forma idiomática la Constitución Española en el mes de octubre a propuesta del Consisorio de la capital, idea a la comprometieron su apoyo las respectivas concejalías de la Juventud de las localidades de San Andrés del Rabanedo y Villaquilambre. Para él, lo más difícil ha sido «respetar los giros y las construcciones de la Constitución, que es muy técnica, muy aséptica, y no da pie a ningún juego literario ni al empleo del rico léxico leonés relacionado con actividades tradicionales». Además, manifestó que textos como éste «no pueden traducirse al pie de la letra» y que es necesario buscar construcciones alternativas a muchas frases o tiempos verbales castellanos «que en leonés no existen». De todas formas, Diego José González señala que esta publicación «sienta muy buenos precedentes» para un uso institucional del asturleonés, y que, sobre todo, «es utilizable» y «responde a las demandas de un sector importante de la población leonesa», a la que «preocupa la situación de casi completa desprotección institucional de sus hablas autóctonas». Pero además de estos destinatarios, González también piensa que la Constitución en llionés es un buen instrumento para que se acerquen a este patrimonio cultural -reconocido por organismos internacionales como la Unesco- personas que desconozcan la existencia de este conjunto de rasgos lingüísticos. «Tanto para unos como para otros, el leonés puede convertirse en un símbolo, un referente cultural y una seña de identidad del territorio leonés», reflexionó este profesor. La Constitución Española, ley de leyes, ampara, en su artículo tercero, la libertad de uso y la promoción, divulgación y docencia de las «distintas modalidades lingüísticas de España», y asegura que serán objeto «de especial respeto y protección».