El fabricante ensaya la «Fórmula Racing» en una versión con motor de 150 caballos de potencia
Seat da rienda suelta a la querencia por la deportividad extrema en el Ibiza FR
La denominación FR viene a añadirse a los ya conocidos sobrenombres de Cupra y Cupra R Ideas para re
La última de las criaturas nacidas en Seat Sport adopta una de las carrocerías de más éxito del fabricante español, la del Ibiza que, como en otras ocasiones, pasa a convertirse en la punta de lanza de las preparaciones especiales a las que últimamente la marca, encuadrada en el Grupo VW, se dedica desde que dejara el mundial de rallies. Como sucede con algunas otras marcas de diferentes consorcios automovilísticos europeos, la imagen de Seat se potencia -nunca mejor dicho- a base de potenciar -valga la redundancia- versiones normales de sus catálogos. El multiutilizado cuatro cilindros de veinte válvulas y turboalimentado, que ya iniciara su andadura hace años en la carrocería del León, se asienta ahora, en versión de 150 caballos, en un Ibiza que, además, se convierte en el polivalente más prestacional construido nunca en Martorell. Incluso inaugura denominación: FR, que viene a añadirse a los ya conocidos sobrenombres de Cupra y Cupra R. A partir de ahora, las siglas FR (Fórmula Racing) denominarán las versiones marcadamente deportivas, tanto por diseño, como por equipamiento, chasis y, desde luego, por incorporar los motores más potentes de cada gama. Por su parte, los Cupra seguirán dando un paso adelante en cuanto se refiere a deportividad y exclusividad, al ser vehículos desarrollados y producidos por Seat Sport, que traslada a estas unidades la experiencia acumulada en las diversas competiciones deportivas en las que el equipo ha tomado parte durante años. Exteriormente, el nuevo Ibiza FR pone de manifiesto su carácte»: llantas de dieciséis pulgadas, con cinco radios dobles en color titanio satinado; tonalidad que también preside las carcasas de los retrovisores exteriores. El interior de los llamativos grupos ópticos delanteros y trasero está pintado en titanio fumé. También los parachoques son de distinta factura que los que montan los Ibiza del resto de la gama: rejillas de aireación en nido de abeja para el delantero y doble salida del tubo de escape cromado apareciendo por debajo de la defensa zaguera. Los montantes centrales de la carrocería alojan las siglas «FR» en color rojo. La personalización del interior del habitáculo viene dada por el acabado metalizado de las instrumentaciones del tablero y la consola central, acabado que también se adopta en los difusores de aireación, en el anillo del pomo de la palanca de cambios y en el tirador de apertura de la guantera. El volante, pomo y revestimiento de la palanca de cambios van forrados en cuero con costuras en color gris y los nuevos asientos están tapizados en un tejido de aspecto metálico. Por lo demás, apuntar que el Seat Ibiza FR, que comenzará a venderse a finales de enero, es capaz de una punta de 216 kilómetros por hora, acelera de cero a cien en 8,4 segundos y su media de consumo se sitúa en los 6,1 litros por cada centenar de kilómetros. La imagen de Seat se potencia a base de desarrollar versiones normales de sus catálogos comerciales