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El vehículo anfibio de Branson

El magnate siempre quiso tener una máquina como la que utiliza James Bond en sus películas, capaz de correr por la carretera y navegar por el mar, sí fuese necesario

Branson provando su nuevo vehículo al norte de Londres, la Aquada es una replica de la de James Bond

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M. Allende - corresponsal | nueva york
León

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Sir Richard Branson, el excéntrico millonario británico, tenía un sueño de niño, hacer mucho dinero para poder irse de aventuras con sus amiguitos a lo largo y ancho del mundo. Cincuenta años más tarde Branson es el niño más feliz del planeta, ideando su próxima aventura sobre el imperio financiero que creó primero con la música y luego con la aviación, dos artes que le han valido poder realizar su sueño infantil. El último capítulo del manual sobre Cómo dejarse la piel en la aventura , le ha llevado a Branson a ser el primer propietario de un Aquada , un vehículo anfibio de tres plazas al más puro estilo Bond, del auténtico James Bond, con la que poder «volar» sobre el agua del mar. El dueño de la línea aérea Virgin vio el vehículo en la London Boat Show, la feria náutica de Londres y no pudo evitar la tentación de comprarlo (ni siquiera llegó a ver la etiqueta en el que se marcaba un precio de 215.000 euros). Lo probó, le gustó y se imaginó el pedazo de aventura que podría correr con sus amigotes en un vehículo que tanto servía para la M25 como para el Océano Atlántico. Para el asfalto y el agua Sir Branson habló con la firma constructora del vehículo, Gibbs Technologies, basada en Nuneaton, Warwickshire, y allí le explicaron las peculiaridades tecnológicas del vehículo, alcanza una velocidad de 140-150 kilómetros por hora en carretera y de 60 en el agua, las ruedas se introducen en el interior del vehículo y su diseño a modo de casco de una lancha rápida le ofrece la fuerza suficiente en el agua como para poder arrastrar a un hombre en esquí acuático. Para asegurar que es impermeable, el piloto y copiloto deben de introducirse en el vehículo por el techo. Pocos día después, Branson anunciaba a bombo y platillo, como suele ser habitual en sus numerosas chanzas, su nuevo reto, cruzar el Canal de La Mancha en este vehículo. «La primera vez que vi el Aquada comencé a imaginarme la cantidad de posibilidades de diversión y todos los récords mundiales que podría lograr con una máquina anfibia como esta», explicaba Branson durante la presentación, y agregó que «siempre me han atraído los avances tecnológicos , especialmente los que cautivan tu imaginación, y el Aquada lo logra ya que el sueño de cualquier joven es ser como James Bond, y yo no soy la excepción, esta máquina prueba que los avances en la tecnología pueden lograr convertir en realidad lo que pensábamos que sólo podíamos ver en las películas y en los ordenadores». Y como este hombre tiene la imaginación tan despeinada como sus pelos, con un tufillo al célebre escritor y especialista en viajes, Julio Verne agregaba que «puedo ver el día en el que Virgin patrocine una gloriosa carrera anfibia por el Canal de La Mancha entre Londres y París sin tener que utilizar el Túnel del Canal». Un portavoz de Gibbs, la empresa encargada de realizar este tipo de vehículos, indicó que planean construir unos 100 vehículos anfibios e indicaban que están sorprendidos por el alto número de pedidos que ya han recibido. Vuelta al mundo sin repostar Pero si alguien pensaba que esta iba a ser la única aventura en la que se iba a ver metido hasta el cuello Branson, estaba equivocado. Hace tan sólo dos días, el dueño del imperio que va desde las líneas aéreas hasta los teléfonos móviles pasando por cosmética y banca, presentaba en público un avión con el que pretende junto a su amigote Steve Fossett, dar la vuelta al mundo sin parar ni repostar combustible. El avión fue bautizado con el nombre de Virgin GlobalFlye .

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