Las estadísticas galas de siniestralidad ofrecieron en el 2003 los mejores resultados de su historia
La «mano dura» de Francia reduce al 20% los muertos en las carreteras
Las medidas coercitivas redujeron considerablemente el número de accidentes
Cada día, cuatro personas salvaron la vida en las carreteras francesas el año pasado. Las estadísticas galas de siniestralidad ofrecieron en el 2003 los mejores resultados de la historia. Por primera vez desde el inicio en 1956 del cómputo de los accidentes de tráfico, el número de muertos ha pasado por debajo de la barrera simbólica de 6.000. El espectacular descenso, superior al 20%, es el resultado de la política de represión severa aplicada por las autoridades, cuyo último exponente es el despliegue de radares automáticos en las cunetas para sancionar los excesos de velocidad. «Con 5.732 muertos en 2003 frente a 7.242 en el 2002, el año pasado se salvaron 1.510 vidas», proclamó ufano ayer el primer ministro francés, Jean Pierre Raffarin. A este retroceso del 20,8% hay que añadir 43.000 heridos menos durante los dos últimos años por accidentes de tráfico. «Como nuestra política va a durar y ya da sus frutos, deseo que las compañías de seguros los tengan en cuenta al fijar sus tarifas», agregó el jefe del Gobierno. «Este descenso es recibido con entusiasmo, aunque todavía hay que hacer más», valoró Chantal Perrichon, presidenta de la liga contra la violencia en carretera. «Estas cifras son rostros y sonrisas de gente que todavía está entre nosotros. Son miles de traumatismos craneales, tetrapléjicos y parapléjicos que no existirán», resaltó. Medidas coercitivas La cifra de fallecimientos del 2003 es casi tres veces menor que el récord histórico de 16.617 muertos registrado en Francia en 1972. Desde entonces, los números negros no han dejado de disminuir, de manera significativa pero lenta, en paralelo a la adopción de medidas coercitivas. En noviembre de 1974 se generalizaron las limitaciones de velocidad: 90 kilómetros por hora en carreteras, 110 en autovías y 130 en autopistas. En diciembre de 1983 se fijó la tasa máxima de alcoholemia en 0,8 gramos, rebajada en 1995 a 0,5. En diciembre de 1990 se limitó la velocidad en ciudad a 50 kilómetros por hora y se declaró obligatorio llevar cinturón de seguridad en los asientos traseros. En julio de 1992 entró en vigor el permiso de conducir por puntos, que es retirado cuando el automovilista agota por sanciones el capital a su disposición. En junio de 1999 se creó en el código penal el delito de gran exceso de velocidad y el pasado junio se promulgó la ley contra la violencia en carretera, que agrava todas las sanciones. El combate contra la inseguridad del tráfico es una cruzada lanzada por el presidente francés, Jacques Chirac, el 14 de julio de 2002 como una de las prioridades de su mandato junto a la inserción de los discapacitados y la lucha contra el cáncer. El signo más llamativo de esta voluntad política es la puesta en marcha de los radares automáticos, cámaras robotizadas conectadas a un sistema informático que envían las multas directamente al domicilio del infractor. Las sanciones mínimas son de 90 euros y cuestan, al menos, un punto del permiso. Desde la instalación de los primeros aparatos el pasado 1 de noviembre, unos 180.000 automovilistas fueron fotografiados por circular a velocidad excesiva. De momento, los vehículos de matrícula extranjera se salvan ya que aún no están cruzados los ficheros de tráfico de otros estados con el francés. A finales de 2005 las carreteras galas estarán sembradas con un millar de estos radares.