El GRDi con motor tricilíndrico de 82 caballos de potencia sale con un precio de 13.300 euros
Hyundai completa la gama Getz con un turbodiésel de última generación
Es una opción apetecible dentro del segmento de los coches pequeños y muy prácticos
Lo del Hyundai con el pequeño Getz viene a ser como una suerte de pruebe y compare que tan célebre se hizo hace algunos años en otros ámbitos comerciales. Quiere decir esto que el pequeño coreano puede llegar -y de hecho llega ya- a convencer a los incrédulos de un coche asiático es capaz de ofrecer la presatacionalidad y el glamour de un europeo, a poco que su fabricante se lo proponga... y Hyundai se lo ha propuesto. La tal propuesta viene de la mano de un tricilíndrico (turbodiésel de rampa común derivado del 2.0 litros del Santa Fe) que cubica litro y medio y atiende a la denominación CRDi, capaz de entregar 82 caballos, de alcanzar una punta de 166 por hora, de acelerar de 0 a 100 en algo -muy poco- menos de 14 segundos, cuya cifra de consumo ronda los cinco litros de media y, lo mejor, ofreciendo una confortabilidad, un equipamiento y unas maneras dinámicas equiparables -si no superiores- a las de muchos de sus enemigos naturales europeos. Si las versiones de gasolina del Hyundai Getz ya sorprendían gratamente, también es verdad que a la gama le faltaba un diásel como el que ahora llega al mercado español. Un motor de contenido consumo y fácil de utilizar en ciudad debido, sobre todo, a una elasticidad digna de encomio y, también, por unas interesantes aceleraciones en marchas cortas. Eso sí, el usuario tendrá que estar dispuesto a soportar unas vibraciones (parecen inherentes a los tricilíndricos diésel) y, por ende, una rumorosidad algo más alta de lo que sería conveniente a estas alturas de la película. Aunque tampoco tantas como para concluir en que el Getz CRDi resulte incómodo. El fabricante podría mejorar en este capítulo, como también podría hacerlo con la precisión y suavidad de la palanca del cambio de marchas. Práctico y sobrio Por lo que se refiere al interiorismo, el Getz CRDi mantiene los buenos acabados de toda la gama y una equilibrada filosofía constructiva entre lo práctico y lo sobrio; es decir, sin superfluas estridencias que, en la mayoría de los casos, sólo sirven para incrementar ficticiamente el precio de coche. Porque, la del precio contenido, es una de las políticas que más escrupulosamente mantiene Hyundai lo que, bien se sabe, ha llevado al fabricante coreano a situarse en un plano de general aceptación por parte de los usuarios. Lo que tampoco significa que nuestro protagonista no disponga de los elementos necesarios para hacerlo atractivo y lo suficientemente equipado: frenos con ABS, aire acondicionado, elevalunas eléctricos, cierre centralizado, doble airbag delantero (no se contemplan los laterales), retrovisores eléctricos, alarma, radio con CD... sólo la opción de la pintura metalizada (200 euros) deja al comprador una mínima capacidad de personalización. En cuanto al comportamiento dinámico, el Getz CRDi mantiene las trayectorias sin dificultad y sin excesivos balanceos de su caja; quizá no sea muy ágil pero, en contrapartida, las suspensiones absorben con perfecto equilibrio las irregularidades del terreno, mientras la dirección (tres vueltas) pone el interesante contrapunto al comportamiento rutero de un vehículo sin complicaciones. En definitiva, que por 1.2000 euros suplementarios en relación a las motorización de gasolina, puede disponerse de un turbodiésel directo y lo suficientemente potenciado para mover con autoridad los poco más de mil cien kilos de romana , con lo que el Getz CRDi se convierte en una interesante opción de compra por, además, una evidente economía de consumo.