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Los hospitales extirpaban, sin el permiso paterno, corazones y cerebros a niños muertos

Denuncian al Estado británico por la extracción ilegal de órganos

Si la acción legal prospera será la mayor actuación judicial contra la sanidad pública

Una mujer tiene en una caja los órganos de su bebé tras el escándalo

Publicado por
Manuel Allende - corresponsal | londres
León

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Los familiares de más de 2.000 pacientes a los que les fueron extirpados órganos en los hospitales públicos sin su consentimiento han denunciado a las autoridades sanitarias británicas, a las que piden una compensación por daños y perjuicios. El pasado año los familiares de los niños del tristemente famoso hospital de Alder Hey a los que les fueron quitados órganos de su cuerpo -en algunos casos hasta la cabeza, cerebros y corazones- sin el consentimiento paterno, recibieron de la sanidad británica una cifra a modo de compensación de unos 8.000 euros. Pero se cree que el número de casos ocurridos en más de 130 hospitales británicos durante los últimos años se puede elevar a varias decenas de miles, casos para los que se ha señalado como compensación unos 1.600 euros, cifra muy inferior a la recibida por los familiares de los pacientes de Alder Hey. Justicia «Tenemos el derecho a que se nos trate con justicia, otras familias en otras zonas del país han recibido más compensaciones, por lo que da la impresión de que nuestros hijos eran inferiores a aquellos», explicaba ayer Ruh Webster, cuyo bebé fallecido en un hospital de Leeds fue enterrado sin parte de sus órganos. Mervyn Fudge, abogada que representa a 2.150 familias, indicó que «la demanda es la única manera que tienen estas familias de mostrar que lo que se hizo a sus seres queridos fue totalmente ilegal». El parlamento estudia ahora un proyecto de ley para penar con tres años de cárcel a los médicos que realicen extirpaciones sin consentimiento familiar. Este proyecto legislativo pretende evitar que se re-produzca un escándalo similar en la sociedad británica. En cualquier caso, si la acción legal de las familias prospera, ésta puede ser la mayor demanda presentada por un colectivo social contra la sanidad británica en toda su historia. La primera alarma sobre una práctica generalizada, la extirpación de órganos en fallecidos sin la autorización o conocimiento de los familiares, se dio a conocer en el año en 1998, cuando se supo que en el Bristol Royal Infirmary se habían almacenado corazones de niños sin el consentimiento de los padres. A raíz del escándalo que se desató en ese momento se inició una investigación y se descubrió que ésta era una práctica habitual en el hospital de Liverpool, Alder Hey. Allí se averiguó que un patólogo del centro sanitario había guardado durante la mayor parte de los años noventa corazones, cabezas, ojos, cerebros y otros órganos procedentes de 2.000 niños muertos, así como unos 15.000 abortos naturales y fetos. Los niños y bebés fallecidos eran entregados a sus padres sin parte de su cuerpo. La primera alarma sobre una práctica generalizada, la extirpación de órganos en fallecidos sin la autorización o conocimiento de los familiares, se dio a conocer en el año en 1998, A raíz del escándalo que se desató en ese momento se inició una investigación y se descubrió que ésta era una práctica habitual en el hospital de Liverpool, Alder Hey. Allí se averiguó que el centro sanitario había guardado noventa corazones, cabezas, ojos, cerebros y otros órganos.