Diario de León

El aumento de presos comenzó en el 2002 y tiene un crecimiento anual de 4.000 internos

Las cárceles albergan por primera vez en democracia a más de 56.000 presos

La población reclusa española sigue creciendo sin freno por segundo año consecutivo

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colpisa | madrid

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Según las cifras oficiales de Instituciones Penitenciarias, el pasado 2 de enero los presos superaron por primera vez desde 1978 la cifra de los 56.000 internos, exactamente 56.016 (48.569 en los 66 centros del Ministerio del Interior y 7.447 en los once establecimientos del Gobierno catalán). Durante cada día del 2003, once nuevos internos pasaron a engrosar las ya infladas cifras de Prisiones. Pese al fuerte incremento en el número de reclusos durante los dos últimos años, el Ministerio del Interior en ese periodo no ha abierto una sola cárcel y ahora se ve obligado a alargar los plazos de entrega de los cuatro nuevos centros anunciados desde hace años. No obstante, Prisiones insiste en que la situación no es crítica. El pasado año la población penitenciaria aumentó en 4.138 miembros, un incremento del 7,9 por ciento con respecto a las ya abultadas estadísticas de finales de 2002, cuando las cárceles albergaban a 51.878 presos. Los internos crecieron más en las cárceles gestionadas por la Administración central (un ascenso del 8,1 por ciento) que en las de la Generalitat de Cataluña (un aumento del 7,1 por ciento). De hecho, el 88 por ciento de los nuevos presos fue a parar a centros del Ministerio del Interior. Este fuerte aumento no ha sorprendido a los responsables del departamento que dirige Ángel Acebes. Se trata simplemente de la confirmación de que el boom de internos que comenzó a inicios de 2002 (cuando los centros tenían en sus celdas a 47.521 presos) se mantiene en cotas desconocidas desde la llegada de la democracia a España. Es el segundo ejercicio consecutivo en el que el crecimiento anual es superior a los 4.000 internos (en 2002 este colectivo se amplió en 4.357 personas). Es más, durante la última década los presos se habían mantenido siempre sobre las 45.000 personas, incluso durante tres años (1995, 1997 y 2000) Instituciones Penitenciarias había logrado reducir el volumen de sus «huéspedes». Detrás de este crecimiento sostenido -señalan los expertos- está, a diferencia de otros años, el aumento de los presos ya penados frente a los preventivos (reclusos a la espera de un juicio y de una sentencia firme). Los penados (actualmente el 77,4 por ciento de la población carcelaria del país) durante el pasado año pasaron de 40.013 a 43.368, un incremento superior al 8,3 por ciento. Los preventivos, que otros años habían supuesto el motor del crecimiento penitenciario, siguieron aumentando pero a un ritmo inferior. Su población pasó de 11.865 a 12.648, un ascenso del 6,6 por ciento, 1,3 puntos por debajo de la media total. No obstante, los internos a la espera de sentencia son ya 22 de cada cien reclusos. Hacinamiento El aumento de la población penitenciaria ha tenido un consecuencia palpable: el creciente hacinamiento de los presos. Ninguna de las nuevas cárceles tipo de 1.008 celdas que funcionan a pleno rendimiento cumple el ideal penitenciario de un preso por celda, tal y como establece el artículo 19 de la Ley Penitenciaria.

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