Diario de León

LA QUE SE NOS VIENE ENCIMA

Llamazares y Zapatero, como Marte y la Tierra

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VA A RESULTAR difícil que esta vez la campaña del Partido Popular se base en hablar de la futura «coalición social-comunista». Porque nunca habían estado tan distantes el PSOE e Izquierda Unida, Rodríguez Zapatero y Llamazares. Tan distantes como la Tierra y ese Marte que ahora se ha puesto tan de moda, que no tan a tiro. Suponiendo, claro, que los socialistas alcancen una votación mayor que el PP el 14 de marzo. De momento, nada de pancartas conjuntas, nada de protestas comunes contra la posguerra en Irak o contra el absurdo discurso sobre el estado de la Unión del señor Bush. Nada de fotografías hablando sonrientes; nada que recuerde a la estrategia seguida en las pasadas elecciones municipales y autonómicas. Claro que ya se sabe que la política hace extraños compañeros de cama y muchas sorpresas podrían darse el 15 de marzo; aunque la mayor, desde luego, sería, a la vista de las encuestas que circulan, una derrota de Mariano Rajoy. Con su estilo aburrido, algo frío, pero tranquilo y sin la mayor parte de las estridencias a las que Aznar nos tiene acostumbrados, Rajoy enfila la recta final hacia el 14 de marzo con un perfil mucho más bajo que el que nos ha mostrado desde hace semanas su principal oponente, José Luis Rodríguez Zapatero. Hasta ahora, Rajoy apenas promete nada -excepto más policías-, dice poco y hace, que se vea, menos. Mucho menos, en todo caso, que la frenética actividad emprendida, en cambio, por unos socialistas que parecían algo sesteantes hasta el pasado mes de diciembre. La promesa del secretario general del PSOE de que renunciará a formar gobierno si no recibe una mayor votación que el PP ha gustado a muchos de los suyos, ha desconcertado a una parte de la opinión pública, ha sido aplaudida por otra parte, la que reclama una regeneración de la política, ha disgustado en Izquierda Unida y ha provocado entusiasmo en el cuartel general del PP. Con este paso, decía un destacado dirigente del partido gobernante, «José Luis Rodríguez Zapatero ha hecho casi metafísicamente imposible que ahora pueda llegar él a La Moncloa». Zapatero ha intuido que la gente quiere cambios en la manera de gobernar, y ha ofrecido muchas cosas en muy poco tiempo. Algunas de estas cosas presentan flecos no del todo explicados, como la política fiscal, tan ferozmente atacada desde Izquierda Unida y tan elogiada, con buena dosis de veneno incluida, por el empresariado. O como esa oferta de gobernar solo si alcanza una mayoría en la votación, que nada tiene que ver con lo practicado en alguna comunidad autónoma y en varios ayuntamientos importantes. La última comparecencia pública de Llamazares, un desayuno en el foro Nueva Economía el pasado viernes, derivó en un aluvión de críticas al PSOE. El coordinador general de IU está dolido por ese anuncio de Zapatero prometiendo no gobernar si no es el más votado. Y es que Llamazares sabe, y lo dice en privado, que IU sería clave, como Esquerra Republicana lo fue en Cataluña, para que un PSOE en minoría llegase al poder si el PP no obtiene y las encuestas dicen, hoy por hoy, que no la obtiene mayoría absoluta. Y Llamazares también sabe, e igualmente lo dice en privado, que, sin embargo, va a ser muy difícil que los socialistas sean los más votados el 14 de marzo. Y, si no lo son, adiós posible pacto de izquierdas, al que el coordinador general de IU se avendría en todo caso pese a sus invectivas contra ese PSOE «que se ha metido en el centro político junto con el PP». Y de esta guisa, señores, ha empezado la campaña. Que no puede presentársele más risueña al candidato ¿continuista?

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