| Visto y oído |
Un Rolls en agradecimiento a León
¿Se acuerdan de la boda rociera y medieval de la semana pasada? Pues el novio granadino, agradecidísimo con la ciudad ha dejado el Rolls Royce con el que se casó en el Hotel Cortes de León para disfrute de todos los leoneses que vayan a compartir el camino del amor como él ha hecho con su ahora mujer. Enamorado de la provincia Los hay agradecidos de verdad. El novio quedó tan contento con el trato que les dispensó el hotel Cortes de León -del que alabó su excelentísima calidad- a su mujer, a los invitados y a él mismo que como agradecimiento les ha dejado allí un Rolls Royce del año 1946 propiedad de una familia real. Debieron portarse excelentemente, desde luego. Un gran empresario Eso sí, entre el lío de la boda algún que otro invitado no atinó a contar ciertos detalles con la exactitud precisa -ya se dice que los andaluces son un poco exageraos, debe ser eso- y entre la espectacularidad del acto se colaron algunas imprecisiones. Por ejemplo, el novio no es familia de los dueños del hotel Cortes de León, que es propiedad de una familia burgalesa que tiene un trato excepcional con él. Juan de Dios Heredia es un gran empresario del sector inmobiliario y hostelero que se enamoró de León y de su mujer. Dará que hablar por aquí, que tiene ganas de invertir en el futuro leonés. Un detalle: los invitados al enlace estuvieron tres días en el Cortes de León con todos los gastos pagados y la dirección les ofreció platos de gastronomía leonesa durante su estancia completa. Felicitación de Luis del Olmo Los novios recibieron la felicitación de Luis del Olmo, que estaba en la elección del Leonés del Año, durante la fiesta medieval de San Marcos -los novios llegaron montados a caballo-. El locutor se coló en la celebración nupcial para desear suerte a los novios. La cena medieval se celebró en el Parador, con todos los invitados disfrazados y comiendo en vajilla de barro y con cubiertos de madera -o con la mano, como era menester en aquellos tiempos-. Cada plato del menú fue presentado por unos juglares. Hubo cinco -cocido, empanadas medievales, pollo de corral, cochinillo lechal, paletillas de cordero-, pastelillos de miel y queimada con conjuro. Eso es lujo. Actores, payasos y saltimbanquis Por cierto, que la celebración fue de aúpa con un cuarteto de música clásica durante la comida y actores medievales, payasos para los niños y saltimbanquis con espectáculos de fuego y bailes medievales en la cena. Una boda de ensueño para enamorados de verdad.