La responsable de Salvamento Marítimo en Vizcaya, Lourdes Oña, confirmó ayer la existencia de «pequeños regueros» de gasoil en el exterior del dique del superpuerto de Bilbao, en el término municipal de Zierbena, donde el fuerte temporal provocó el pasado fin de semana el hundimiento del carguero Diana 1 con 45 toneladas de combustible y 3.000 litros de aceite en su interior. La mancha fue detectada ayer una embarcación del Gobierno vasco mientras realizaba una inspección rutinaria. El Ejecutivo autónomo dio aviso a Salvamento Marítimo que envió una lancha al lugar y que confirmó la existencia de combustible procedente del barco hundido. Su responsable, Lourdes Oña, no descartó que el tanque «esté agrietado». Su directora en Vizcaya atribuyó la fuga a la presencia de aire en los tanques y restó importancia al vertido que será
y se diluirá por el efecto de la fuerza del mar y las mareas. Buzos de Salvamento Marítimo están a la espera de que mejore el temporal que azota la costa vasca para inspeccionar los restos del barco, hundido a 30 metros de profundidad y decidir la forma de retirar el combustible que guarda en sus tanques.
Partido en dos Paradójicamente, el carguero fue fotografiado el martes por miembros de un club local de buceo que lo inspeccionaron a corta distancia, y confirmaron que está partido en dos y que no detectaron fugas en sus tanques. El director de Greenpeace, Juan López Uralde, calificó de «negligencia absoluta» el caso del carguero
Diana I , hundido en el puerto de Bilbao con 45 toneladas de gasóleo y 3.000 litros de aceite, pues debería haberse extraído el combustible en vez de «minusvalorar el impacto de su vertido». El portavoz de la organización ecologista hizo estas declaraciones a Efe después de que se localizaran manchas de hidrocarburo en la zona en la que el pasado fin de semana se hundió el carguero portugués, frente al puerto de Bilbao y en medio de un fuerte temporal. Entonces, la responsable de la delegación vizcaína de Salvamento Marítimo, Lourdes Oña, explicó que no había «riesgo inmediato de contaminación severa» e insistió en que hasta que no se diera una situación de «calma total en el mar, los buzos no podrán trabajar con seguridad».