Don Felipe y Letizia Ortiz oyeron misa en la gruta acompañados por los abuelos de la novia
El Príncipe celebra su 36 cumpleños en Covadonga con su prometida
«Hemos pedido muchas cosas, pero eso queda entre nosotros y la Santina», aseguran
El Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, celebró este viernes su 36º cumpleaños en Covadonga, en una visita en la que estuvo acompañado por su prometida, Letizia Ortiz Rocasolano, y las primeras autoridades del Principado. Don Felipe y Leticia Ortiz llegaron a Covadonga sobre las doce y media. Allí, la pareja fue recibida por el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces; el arzobispo de Oviedo, Carlos Osoro; la presidenta de la Junta General del Principado, María Jesús Álvarez, y la delegada del Gobierno en Asturias, Mercedes Fernández. Inmediatamente se dirigieron a la gruta que alberga a la imagen de la Virgen de Covadonga, donde el arzobispo presidió una breve liturgia que contó con la participación de la Escolanía. Ya en la Santa Cueva, tras la oración de don Felipe y su prometida en silencio, el arzobispo ofició una liturgia religiosa en la que pronunció una oración dedicada a la pareja, y el Coro de la Escolanía de Covadonga, dirigida por Leoncio Dieguez, interpretó Alabanzas a María y Paloma mía , de J. Jordán, además de Como la estrella del alba y el Himno de la Virgen de Covadonga, de Busca Sagastizabal. En este acto estuvieron presentes también los abuelos paternos de la prometida del Príncipe, Menchu Álvarez y Juan Ortiz. Más tarde mantuvieron una reunión con las autoridades en la Casa de Ejercicios del Santuario, donde el arzobispo hizo entrega a la pareja de una talla que reproduce la imagen de la Virgen de Covadonga. Un Quijote asturiano El presidente del Principado de Asturias les regaló una rara edición asturiana del Quijote, con comentarios del lingüista y académico, Emilio Alarcos, e ilustraciones de un fraile del convento cisterciense de Valdediós (Villaviciosa, Asturias). Tras bajar las largas y escarpadas escaleras que muchos devotos suben de rodillas para ofrecer sus promesas a la «Santina», don Felipe y Doña Letizia cumplieron también con la tradición de arrojar una moneda al estanque situado en la base de la cueva para pedir un deseo. «Hemos pedido muchas cosas, pero eso queda entre nosotros y la Santina», dijo un sonriente don Felipe, mientras miraba a su prometida. Don Felipe y Doña Letizia cumplieron de esta forma con el deseo que expresaron ya el día de su petición de mano, y lo hicieron visiblemente contentos y con el deseo de agradecer las muestras de cariño que recibieron durante la hora que duró su visita a uno de los lugares más representativos de Asturias. La visita no pudo ser, desde luego, un recorrido en privado como ellos deseaban, pero sí constituyó el símbolo con el que quisieron cumplimentar al Principado de Asturias, el origen del título que ostenta Don Felipe, y que ambos compartirán a partir de su boda el próximo mes de mayo. Durante la tarde, el Príncipe y su prometida desarrollaron en la capital vetustense diversas actividades de carácter privado, y hoy visitarán en la aldea de Sardeu, en el concejo de Ribadesella, a los abuelos de la prometida del Príncipe, con quienes almorzarán. En esta ocasión , la visita será más relajada que la de la última vez , cuando acudieron a la localidad ovetense para visitar al abuelo de Letizia Ortiz que estaba enfermo.