Diario de León

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NO CONOZCO DE TRATO a Gloria Begué Cantón, bañezana y persona enorme, y casi no consigo ponerle la cara que asomaba en las fotos de cuando fue senadora, fotos que salían de poca vez en cuando en los papeles de esta su tierra madrastra. Ignoraba buena parte de su biografía y sus andares por todo lo alto y por lo agreste, por honores y trabajos. La semana pasada le tributaron reconocimientos en los Madriles. Uno que asistió a la cena, babiano de entraña y morido de furias por los desamores cazurros, me trazó los perfiles y meritajes de esta nuestra paisana y fue un borbotón la relación de sus honores y glorias que escaso eco han tenido por aquí, en estas galias de pretores y Pintaius mercenarios, en este León que se consagra cada día como una «sociedad de homenajes mutuos» (me ojomeneas tú y después te ojomeneo yo). Hagamos relación: Gloria Begué fue la primera mujer en obtener premio extraordinario de bachillerato en el Padre Isla, estudió Derecho y se formó después con el premio Nobel, profesor Frizman de Chicago, fue la primera mujer profesora de la facultad de Derecho de la Complutense y más adelante la primera catedrática en la universidad española y la primera decana, fue nombrada como primera mujer senadora por designación real en las Cortes Constituyentes, fue la primera mujer magistrada del Tribunal Constitucional y posteriormente vicepresidenta del mismo, primera mujer electa en la real Academia de Ciencias Morales y Jurídicas, es senadora vitalicia, es tres veces excelentísima señora (está en posesión de la Orden Constitucional y de Isabel la Católica), medalla de oro de la universidad de Salamanca, miembro de la Fundación Duques de Soria, fundadora y miembro activo de la Fundación Independiente... y su curriculum académico apabulla, pero no lo bastante como para que la leonesidad (así lo llaman ahora) se percate, agradezca y se luzca honrándola. La ignoran. A Gloria nadie la llama por aquí ni la invocan a pompas de leoneses del siglo o del año. Todo lo más ha sido «leonesa del minuto». La derechona le tiene desapego (es hija de fusilado) y la izquierdina le orilla. Ni siquiera el feminismo progre atisba su talla y su batalla como mujer que conquistó imposibles y monopolios masculinos. No tenemos arreglo.

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