Fiat lanza el Idea, un monovolumen compacto, funcional y muy versátil

I (innovación técnica) D (diseño) E (equipamiento) A (amplitud y flexibilidad). Enarbolando este acrónimo, Fiat se lanza a la batalla en el últimamente muy concurrido segmento de los monovolúmenes compactos, en el que militan enemigos tan correosos como el Citroën C3, el Renault Scénic, el Fusion de Ford o el Meriva de Opel. En escasamente cuatro metros de longitud (3,93 para ser exactos) y en 1,70 de anchura, el fabricante transalpino propone un vehículo sin grandes estridencias estéticas y, eso sí, para cumplir con el precepto ... un excelente grado de modularidad interior y en cuyo habitáculo pueden encontrarse multitud de huecos y gagedts tendentes a hacer más cómoda la vida a bordo (una expresión profusamente utilizada en las realizaciones de última generación del sector). Versátil y funcional, el Fiat Idea adopta soluciones de interiorismo que pasan por ofrecer unos asientos traseros que se deslizan por partes y con un respaldo que se inclina más de 45 grados, mientras los delanteros se pliegan en forma de mesa, soluciones a las que vienen a unirse infinidad de huecos portaobjetos (doble guantera, dos receptáculos portagafas de amplias dimensiones...) y hasta soluciones sólo conocidas hasta ahora en modelos de más alta gama (espejo interior infantil , reposabrazos en los asientos delanteros, tomas de corriente, cinturón trasero recogido...) con lo que nuestro protagonista -su fabricante- pone de manifiesto una filosofía al alza para tratarse de un modelo compacto. Incluso el maletero hace también gala de esa filosofía: 320 litros, como mínimo, ampliables hasta los 1.420 cuando se recogen los asientos. A gusto de todos En el exterior, Fiat abandona ciertas estridencias de antaño para, dando gusto a todos , ofrecer unas pinceladas de lo más convencionales: morro en cuña descendente, parabrisas muy tendido, recortada trasera con amplio portón y, en general, una línea redondeada, exenta de aristas, capaz de ofrecer una excelente luminosidad al habitáculo. Como cabe suponer, en su condición de monovolumen, el Idea adopta un salpicadero unitario en el que se aloja la palanca de cambios y, en una pequeña cúpula suplementaria, los habituales relojes del velocímetro, cuentavueltas, temperaturas... dejando el plano inferior de la consola central para el aparato de audio y los mandos de climatización y sus correspondientes rejillas. Nada que no se haya visto antes aunque con escrupuloso respeto a una cuidada ergonomía que, además, se refuerza -por postura de conducción- con la regulación del volante en altura y profundidad. Como ya viene siendo norma de la casa desde hace años, el Idea dispone de la tecla city para asistir aún más la dirección en utilización urbana y en maniobras de estacionamiento. La gama del Idea se estructura en torno a cinco niveles de acabado (Active, Active Plus, Dynamic, Dynamic Plus y Emotion), aunque ya desde los escalones más bajos de la propuesta el coche ofrece el doble airbag frontal, los frenos con ABS, la mencionada dirección blanda (Dualdrive), los elevalunas eléctricos delanteros, el volante regulable. Conforme se sube en escalonamiento (Plus), aparecen elementos como el aire acondicionado, sin que falte un amplio paquete opcional (véase cuadro de precios) en el que contemplan el techo panorámico practicable, el navegador, el ESP, la caja de cambios robotizada... Motores para elegir En el plano mecánico, el fabricante ofrece, en este primera fase de lanzamiento, dos motores diesel de última hornada (Multijet) y un gasolina. En los dos primeros casos de trata de los turbodiesel de inyección directa (rampa común) de segunda generación; el 1.3 litros multiválvulas que rinde 70 caballos y el 1.9 de dos válvulas por cilindro que entrega un centenar de caballos. El apartado de gasolina se representa por el conocido Fire 1.4 litros (16 válvulas) de 95 caballos, que acelera de cero a cien en 11,5 segundos, alcanza un punta de 175 por hora y tiene un consumo medio de 6,6 litros. Como cabe suponer, serán las mecánicas diésel las que se lleven la mayor parte del pastel comercial del nuevo Idea, máxime cuando se trata de motores tan interesantes como que el 1.300 homologa un consumo de prácticamente cinco litros (5,1 a los cien) y de cinco y medio el 1.900. Aunque la mejor cualidad de ambos quizá haya que buscarla en unas generosas cifras de par, capaces de proporcionar una excelente elasticidad. A la postre, la piedra filosofal que busca cualquier usuario de diesel moderno. Con la aparición del Idea, Fiat da un paso más -el segundo tras el también nuevo Panda- en la carrera por ganarse la confianza de los usuarios en lo que viene a convertirse en la nueva era de la marca.