Este proceso inflamatorio, aún sin curación, merma un 8 % la capacidad emocional de los enfermos
La artrosis llega a reducir un 25 % la capacidad física de los afectados
El tratamiento ayuda a mitigar el dolor, mantener la movilidad y tratar de evitar la incapacidad
Conocida también como osteoartritis o enfermedad articular degenerativa, la artrosis provoca alrededor del 30% de los casos de incapacidad laboral permanente en España y es la principal causa de incapacidad entre los ancianos. Aunque la padece el 70% de los mayores de 65 años, sólo en la mitad es lo suficientemente severa como para desarrollar los síntomas. Suele aparecer antes en los hombres, pero las mujeres son las más afectadas. En los menores de 55 años la distribución es similar en ambos sexos pero en edades más avanzadas la cadera está más afectada en los varones y las articulaciones interfalangicas y la base del dedo pulgar son más frecuentes entre las mujeres. Si bien puede atacar cualquier articulación, aparece generalmente en los dedos de las manos, rodillas, caderas, dedo gordo del pie y la columna cervical y lumbar. Según la Sociedad Española de Reumatología, el 10% de los españoles mayores padecen artrosis de rodillas y el 6% en las manos. Su origen se vincula al desgaste de la superficie del cartílago, que permite el movimiento de los huesos, haciendo que estos se endurezcan, proliferen los bordes y crezcan las deformidades. Además, aumenta la producción de líquido sinovial, menos viscoso, los ligamentos y las membranas articulares sufren, duelen y se altera toda la estructura articular. A continuación, se tensan los músculos que la cubren, quedan contracturados en respuesta refleja al dolor y se atrofian. Causas y síntomas Existe un tipo de artrosis, llamada idiopática (causa desconocida), que puede ser generalizada o localizada en manos, pies, rodillas, cadera o columna. La artrosis secundaria puede deberse a múltiples causas y, aunque el desgaste articular asociado al envejecimiento es una de las principales, existe un componente hereditario, especialmente en las mujeres, en los casos de artrosis en las manos. Además, la obesidad predispone a la aparición de la enfermedad en rodillas y caderas porque el sobrepeso daña el cartílago articular. Una fractura, golpe o inflamación articular influye en una más pronta alteración del cartílago. También puede estar relacionada con la sobrecarga (piernas torcidas o de distinta longitud), enfermedades del desarrollo, metabólicas, endocrinas, depósitos de cristales de calcio en las articulaciones o enfermedades óseas y articulares (gota, artritis reumatoide). Por último, puede manifestarse en los hombros de los jugadores de balonmano, rodillas de futbolistas, codo de trabajadores con martillos neumáticos o nudillos de labradores. Al principio es indolora, pero a medida que la patología progresa se hacen más persistentes las molestias y es el dolor el que lleva al paciente a la consulta del médico. Es un dolor típico que aumenta con el ejercicio y mejora con el reposo. Es característica la rigidez de la articulación al levantarse por la mañana o después de una inmovilización (estar sentado, un viaje largo) y puede haber dolor a la palpación, crepitación ósea, aumento de calor en la zona afectada y si la enfermedad está avanzada deformación articular y disminución de su capacidad de movimiento. La artrosis incide en la calidad de vida de los afectados, ya que puede reducir hasta en un 25% su capacidad física y en un 8% su capacidad emocional, por el dolor generado que se traduce en angustia y estrés.