Uno de los símbolos que la provincia exporta del carnaval leonés, es el antruejo de Llamas de la Ribera, personajes sacados de la imaginación y con varios siglos de antigüedad.
Desde los más pequeños, a los más grandes, todos se entregan a la fiesta, como esta señora y esta niña, vestidas con trajes regionales.
El de Llamas, es uno de los carnavales más ancestrales de la provincia, de hecho ha sido declarado Bien de Interés Turístico Provincial .
La celebración del antruejo no deja indiferente a nadie, por la vistosidad de los colores que emplean en los disfraces.
El Carnaval se ve cada año enriquecido con nuevos personajes, frutos de la actualidad, como es el caso de Bin Laden, que no quiso perderse la fiesta de esta localidad leonesa.
Las madamas deleitan a todos con sus bailes, mientras se les suman gomias, viejas, diablos y entiñones, todos ellos personajes del Carnaval de Llamas.
Las mozas casaderas son objetivo de zarandeo en los carnavales de Velilla de la Reina.
Este ritual, uno de los muchos que enriquecen a este carnaval, representa la fertilidad de la mujer.
El antruejo de Velilla fue recuperado en 1978, después de ser perseguido por la Dictadura.
Los enanos son otros de los personajes más tradicionales de este carnaval. Simulan a pequeños hombres trajeados, algunos de ellos, como los de la imagen, con la cara de Trillo.
Los guirrios entretienen a todos los presentes con sus parodias y sus representaciones.
El público, a pesar del frío y de la lluvia, disfrutó con el espectáculo de los toros y los guirrios.
Los carnavales de La Bañeza son de los más conocidos en la provincia. La fiesta, hasta sus últimas consecuencias, y los complejos, se quedan en casa.
La noche bañezana es disfrutada por cientos de personas desplazadas desde todos los puntos de la provincia, atraídos por la marcha con la que se celebra el Carnaval.
Pero como en toda fiesta que se precie, los niños son siempre los que más disfrutan.
El encargado de pregonar el carnaval bañezano fue el periodista de Diario de León, Antonio Núñez.
El descaro y la provocación se hacen con las calles de La Bañeza.
Ponferrada es una de las localidades que aprovechan el fin de semana para disfrazar su realidad y lanzarse a la fiesta.
No hay Carnaval que se precie sin la presencia de los consabidos payasos.
Un grupo de alumnos del colegio de Flores del Sil se trasladó al medievo.
El colegio Peñalba disfrazó a algunos de sus alumnos en piratas.
Así de ecologistas y primaverales se vistieron los niños de Navaliegos.
Este grupo de insectos denominado «grupo de supervivencia» se llevó el primer premio en el desfile celebrado en Cistierna.
Puede parecer una versión de la película «Evasión en la granja», pero no, es un grupo de vecinos de Valencia de Don Juan, disfrazados de pollos.