La escuela de Samba Salgueiro basó su puesta en escena en el combustible.
Otra imagen de la escuela Salgueiro. En el Sambódromo hubo unos 10.000 turistas que no quisieron perderse los carnavales más emblemáticos.
Precedida por una dura controversia con la Iglesia católica, la escuela Grande Rio llevó al Sambódromo el tema «Vamos a vestir el condón, mi amor».
Por orden de la justicia, un carro alegórico que representaba escenas del Kama Sutra desfiló completamente recubierto, con un enorme letrero con la palabra «Censurado».
Otro carro de la misma excuela exhibía cubículos en sus costados inferiores, donde grupos de jóvenes, hombres y mujeres, simulaban pasiones desenfrenadas.
Las tribunas deliraron con la entrada de Mangueira, la escuela preferida de los cariocas, que realizó un desfile tradicional, con derroche de dorados y ropajes del siglo XVIII, al homenajear al Estado de Minas Gerais (sureste).
Unidos da Tijuca sorprendió con un desfile creativo sobre los aciertos y desaciertos de la ciencia.
Uno de los carros alegóricos de Unidos da Tijuca estaba constituido por una pirámide de hombres y mujeres cubiertos únicamente con taparrabos y todos coloreados de azul, que realizaban movimientos ondulantes.
La escuela de Samba Sao Clemente basó su desfile sobre la gallofa de Brasil.
El desfile de la Caprichosos de Pilares era en homenaje a Xuxa, presentadora de programas infantiles, que iba recubierta de piedras simulando diamantes. «Xuxa eu te amo; eu te amo, meu amor», coreaba el
Una imagen gigante del mago Merlín abría el desfile de Caprichosos de Pilares.
La tradicional Portela cerró el desfile reinterpretando un viejo éxito que le permitió ser campeona en 1984, «Leyendas y Misterios de la Amazonia».
Para celebrar los 20 años del sambódromo, diseñado por el arquitecto carioca Oscar Niemeyer, la Liga de Escolas de Samba autorizó este año a las escolas a reeditar sus glorias pasadas.
Otra imagen de una de los carros de la escuela Portela.