Cortes y úlceras

Pero no todo son ventajas en los vertederos y las aves que los frecuentan están expuestas a una serie de peligros que afectan a su vulnerabilidad, siendo la inexperiencia la que origina que los ejemplares jóvenes sean los más perjudicados. En los basureros abundan los materiales inertes que las aves llegan a confundir en ocasiones con alimentos y que pueden ser ingeridos de forma accidental. Se trata de fragmentos de madera, plástico, cristal o sustancias tóxicas cuya ingestión provoca obstrucciones, úlceras o perforaciones en el tubo digestivo. En ocasiones, sus patas se enredan con cuerdas y cintas y el cuello queda aprisionado con los aros de plástico que unen los botes de refresco, lo que supone una disminución de su capacidad de vuelo. Además, los cristales y los bordes de las latas de conserva que acompañan a la basura, llegan a producir cortes y amputaciones en las patas. Finalmente, hay que indicar que los tendidos eléctricos próximos a los vertederos originan víctimas por electrocución y colisión, principalmente en las horas del crepúsculo. En muchas ocasiones, el fuerte viento, las nieblas invernales o la lluvia impiden su visualización aumentando el número de accidentes.