La talla de la Virgen de la Esperanza es obra de Miguel Bejarano. Un largo manto azul terciopelo cubría su espalda y llegaba hasta las braceras. El pecho, bordado en oro destacaba entre unas manos que gritaban.
Tras ella, El Cristo de la Esperanza. Las bandas continuaban sonando y los papones empezaron a avanzar por la calle Sacramento.
Los tres pasos volvieron a reunirse a la entrada de la basílica de San Isidoro para escuchar a la coral de la colegiata. Las imágenes se movieron al son de las voces para continuar su camino por la cuesta.
Un recorrido por el centro y casco histórico hasta llegar al Cristo de la Victoria, en la calle Ancha. Después, de nuevo a San Isidoro y la calle Sacramento hasta llegar a la plaza Santomartino para recorgerse.