Cada año mueren 10.000 delfines y marsopas en aguas europeas por el «arrastre pelágico»
Las artes de pesca destructivas colocan a los delfines al borde de la desaparición
Se calcula que cerca del 25 % de los ejemplares capturados son devueltos sin vida al mar
La organización ecologista Greenpeace y la Sociedad para la Conservación de Ballenas y Delfines han presentado un informe en el que se concluye que las poblaciones de delfines y marsopas que viven en las aguas de la Unión Europea están en peligro de extinción por las prácticas pesqueras destructivas, como la de arrastre. El estudio, titulado «El efecto red», señala que la pesca con grandes redes, «a menudo con una boca del tamaño de dos campos de fútbol, y arrastradas por dos buques a la vez, está provocando la muerte de miles de delfines cada año». Además, en el caso de especies como el delfín común, el porcentaje de ejemplares muertos cada año puede suponer el 5% de la población, lo que provocará un efecto desconocido sobre los ecosistemas marinos. Un porcentaje dramático si se tiene en cuenta que, según los científicos, la pérdida anual de tan sólo el 1% de una población constituye una amenaza para la viabilidad de una especie. Desde Greenpeace se afirma que cada invierno son varios cientos los delfines y marsopas muertos que aparecen en las playas francesas y británicas, una pequeña parte de cerca de los 10.000 ejemplares que fallecen en aguas comunitarias y nunca llegan a las costas. Arrastre pelágico La organización ecologista sostiene en su informe que buques pesqueros que faenan en el Canal de la Mancha, el Golfo de Vizcaya y el Mar Céltico se encuentran entre los responsables de este grave problema ecológico. En este sentido, expertos de Greenpeace y de la Sociedad para la Conservación de Ballenas y Delfines se han hecho a la mar a bordo del barco MV Esperanza con el fin de investigar durante varias semanas las pesquerías identificadas como responsables de estas capturas insostenibles de delfines. Se advierte en el informe que el «arrastre pelágico», un arte de pesca empleado para la captura de lubina, jurel, caballa, merluza y bonito (en verano), está amenazando especialmente a los delfines comunes y listados, pero también afecta a otras especies, como delfines mulares y calderones. En su opinión, «las pesquerías europeas muestran evidentes signos de agotamiento. El uso de prácticas pesqueras destructivas y el enorme esfuerzo pesquero existente en aguas comunitarias, muy por encima de los niveles sostenibles, son la raíz del problema». Además, se demanda que las reducciones de flota afecten en primer lugar a aquellos sectores con mayor impacto sobre la biodiversidad. Principales impactos Greenpeace sostiene en su estudio que la captura accidental en artes de pesca de delfines, marsopas y otras especies marinas es considerada globalmente como uno de los principales impactos para la biodiversidad marina. A nivel global, se calcula que unas 300.000 ballenas, marsopas y delfines mueren cada año por este motivo y que sólo un 23 por ciento de las capturas con las redes pelágicas es devuelto sin vida al mar. Sólo en las últimas semanas han aparecido 10 delfines muertos en las costas de Menorca, ocho adultos y dos jóvenes, algunos de los cuales estaban en avanzado estado de descomposición. Todos ellos presentaban heridas causadas, supuestamente, al quedar atrapados en redes de pesca. Se trata de la mayor concentración registrada hasta la fecha y en puntos tan lejanos porque los cadáveres han aparecido en puntos de la costa norte y sur de la isla. Miles de ejemplares al año