Se trataba de un meteorito que supuestamente cayó en la zona leonesa de Renedo de Valderaduey. Los que pudieron verlo en el cielo lo describían como algo «rápido, centellenate e incandescente», o simplemente como «bolas de fuego».
Algunos también pensaron que no era más que un avión incendiado. Otros, que era chatarra espacial, algo que ha desmentido la NASA.
El fenómeno fue visto en el cielo, sin embargo, en la tierra, no se encuentra rastro alguno del meteorito. Y eso a pesar de que, según los expertos, puede pesar entre cincuenta y cien toneladas.
Desde A Coruña hasta Valencia, pasando por Teruel, Castellón o Albacete entre otros lugares, miles de personas, como éstos vecinos de León, avistaron esta «bola de fuego».
En 1947 cayó en León un cuerpo celeste semejante al avistado el domingo. Este hombre, Gabino Castro San Juan, pudo verlo en aquella ocasión.
Actualmente se conservan en el Museo Natural de Ciencias Naturales de Granada, los restos de este meteorito, que cayó el día de los Inocentes.