CORNADA DE LOBO
Diente de lobo
RETRATANDO una vez la estampa, la estrategia y el momento de Zapatero cuando alcanzó la secretaría general, utilicé una vieja plantilla popular que explica lo que ha de hacer un cazurro persiguiendo el éxito en la vida y que dice: «Pisada de buey, ojo de halcón, diente de lobo y... hacerse el bobo». Es filosfía básica nacida de la experiencia escocida y destilada en siglos de agazape y badana zurrada. Traducido, vendría a decir: «calma, vista, dentellada y... yo no fui»; por esa vereda del consejo pasa el triunfo; el cazurro bien lo sabe. También se dice -desde Tales de Mileto a Savater- que en política y negocios el banco del éxito tiene tres patas: ambición, perseverancia y... traición. Senda y armario del vencedor siempre tienen cadáveres. Y a todo Julio César le acaba llegando un Bruto con puñal que se suma a la conspiración. El Bruto que le corresponda a Zapatero llegará no antes de ocho años, porque repetirá legislatura si no se le cruza por medio alguna torpeza grave o un tren por los aires; Papes tiene delante una escalera en la que, de momento, todo será subir (pero por ella sube también el traidor que hoy es compañero o compañera; ley de vida política). Guárdate de los idus de marzo, le dijeron a Aznar; y, ya ves, no les hizo caso porque se había cubierto con el manto imperial del Cis y sus encuestas como si fuera un albornoz de andar por casa y de seguir en palacio. Guárdate, pues, Zapatero, de unos idus de noviembre que vendrán con otoños. Y recuerda lo que me comentabas hace unas semanas cuando me decías que, negociando y porfiando en comisión parlamentaria con la tropa del pepé, me citabas aplicándoles a ellos una definición mía del cazurro compatriota: «Leonés: paisano con boina asomando detrás de una sebe», aguardando, espiando, esperando que el vecino se dé el trompazo, protegiéndose él y su albarda tras la celosía de la zarza (ya te dije que la definición no es mía, aunque abuso de ella, querido Papes, sino de Lombas-abuelo). Guárdate de boinas paisanas, biseras de ojeador, barretinas y chapelas; te miran. Pero hoy ya es primavera. Que vengan flores tras tanto invierno. Tu éxito estará en las tres bes, le dijo el apoderado al torero: bista, balor y buevos. Y recuerda: pisada de buey, ojo de halcón, diente de lobo y... palo al robo, que esto es ahora el Estado y el común.