Pleno acierto para El Palillo

La Peña El Palillo, de Soto de la Vega, consiguió este domingo su objetivo: una quiniela sin un solo fallo, merecedora del máximo premio del 1X2, que esta semana ascendía a 41.981,02 euros. El acierto llenó de alegría a sus treinta y nueve miembros, que tendrán que repartirse el premio en partes iguales. La peña, que promueve el bar Callejo, juega todas las semanas un boleto de 157 apuestas, que se sella por 78,50 euros en la Administración de Loterías Número 1 de Veguellina de Órbigo, cuyo dueño pertenece a El Palillo. Además de los catorce resultados de una de las columnas, existen otras trece premiadas por haber acertado en once pronósticos y dos más de diez. Pero estas últimas engrosarán el bote de la peña, en el que los premios menores se acumulan para celebrar una gran cena a final de la temporada futbolística, y que este año ya suma 488 euros. Lorenzo Callejo y Clara, su mujer, son los dueños del bar y promotores de la peña. Clara explicaba que el domingo, cuando aún se jugaba el Barcelona-Real Sociedad, «le dije a Manolín -Manuel José Fernández-: Si gana el Barça, tenemos catorce. Entonces, él, que es del Madrid, comenzó a ver penaltis en cada ataque del Barcelona, lo que se contagió a todos los que estábamos en el bar». «Le quitamos hierro» Lorenzo Callejo relata, ya con la distancia de dos días, que el boleto está ingresado en una entidad bancaria y que se extenderá un talón nominativo a nombre de cada socio. Recuerda la alegría que se vivió en su local, que «casi se nos va de las manos, porque el Barcelona marcó en el minuto 88. Así que optamos por quitarle hierro a la situación y decir que el premio sería de poca cuantía». Callejo continúa su relato diciendo que «sobre las doce de la noche miramos en el teletexto el escrutinio definitivo y el importe del premio y poco después me llamaron como quince socios, que también lo habían visto como nosotros». Al final, son 1.076,44 euros lo que cobrará cada socio por el acierto pleno, en una peña, El Palillo, que creó el padre de Callejo con unos amigos y que llegó a desaparecer. Ahora, lleva cinco años funcionando con estatutos y aportaciones de dos euros por jornada, cantidad que se abona cada tres meses. La mayoría de sus miembros vive en Soto de la Vega o mantiene relación con el pueblo, como en el caso de Manuel Ángel Alija, que reside en Oviedo y rellena la quiniela casi todas las semanas. Luego la remite por correo al bar.