El nuevo Gobierno suprimirá el tope de tres óvulos por ciclo de fecundación
El PSOE anulará los límites de la Ley de Reproducción Asistida
Las trabas a la experimentación con células madre impuestas por el PP no tendrán efecto
La nueva Ley de Reproducción Asistida, aprobada en noviembre por las Cortes, pasará a mejor vida sin haber tenido casi tiempo de estrenarse. El futuro Gobierno del Partido Socialista anulará las restricciones en el número de óvulos y embriones utilizables en cada ciclo de fecundación artificial y dejará sin efecto algunas de las trabas a la experimentación con células madre embrionarias impuestas por el texto legislativo del PP. «Queremos volver a una situación que no sea tan restrictiva como la que diseñó el anterior Gobierno», asegura Jaime Lissavetzky. Diputado electo y portavoz parlamentario en el área científica del PSOE, Lissavetzky recuerda que el programa socialista no deja lugar a dudas sobre la voluntad del partido de modificar la ley una vez en alcanzada la Moncloa. «Se va a cumplir el programa electoral estrictamente -señala-, y en el programa figura que se iba a elaborar una nueva Ley de Reproducción Asistida que permita una respuesta moderna y de calidad a los problemas de infertilidad y que corrija las dificultades introducidas por el Gobierno del PP». Una vez se ponga en marcha el nuevo Ministerio de Sanidad, es segura la supresión del tope de tres óvulos susceptibles de ser fecundados en cada ciclo de fecundación in vitro (FIV). Ésta fue una de las principales discrepancias entre el PP y el resto de la oposición durante la tramitación de la Ley. Los populares argumentaron entonces que ceñir la fecundación de ovocitos al número máximo permitido de embriones implantables en el útero -tres en ambos casos- velaba por la salud de la mujer y evitaría la alta tasa de embarazos múltiples que registra España derivados de las técnicas FIV. Tras este empeño, subyacía, además, un intento de rebajar el número de embriones sobrantes y no seguir acumulando el stock de congelados -entre 40.000 y 2000.000- que duermen, sin destino, en los tanques criogénicos de las clínicas especializadas. El PSOE y el resto de los grupos se opusieron sin éxito, convencidos de que esa restricción perjudica sobre todo a la mujer y compromete el éxito del proceso reproductivo. Al no tener óvulos de reserva, si el proceso fallaba había que reiniciar el ciclo, la estimulación ovárica, la extracción, etc, con el consiguiente quebranto físico y económico para la donante. Aunque el posterior desarrollo reglamentario de la Ley abrió un amplio abanico de excepciones a la norma -22 supuestos en los que se puede esquivar el límite legal de tres ovocitos por ciclo-, lo lógico es «hacer las cosas bien ahora», dice Lissavetzky. Células madre Además de al aspecto reproductivo, los retoques en la Ley alcanzarán también a su otra vertiente, la que permite el uso restringido de los embriones excedentarios en investigaciones biomédicas con células madres. De acuerdo al planteamiento del PSOE, podrán utilizarse con este fin, con estrictos controles públicos, científicos y el consentimiento informado de los padres, todos lo embriones que sobren de los ciclos FIV; también los que puedan generarse en el futuro, y no sólo los ya existentes hasta el momento de entrada en vigor de la actual Ley de Reproducción Asistida. «No es razonable que existan embriones sobrantes de primera y de segunda», apostilla Lissavetzky. El inesperado vuelco político de las elecciones generales despejará el camino a la experimentación con células madre embrionarias en busca de remedios para la diabetes, parkinson y alzheimer.