Diario de León

CRÉMER CONTRA CRÉMER

Creer en Internet

Publicado por
VICTORIANO CRÉMER
León

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EL APARATAJE de lo que dan en llamar Internet -y sus razones tendrán- es el fenómeno de nuestro tiempo. Después de que el hombre moderno se ha dotado de ordenador, de fax, de oidor automático y de teléfono con imagen añadida, está a punto de cubrir una de las necesidades a lo que parece más transcendentes de esta hora repetida por todos los relojes: El hombre o la mujer que no dispongan de Internet no existe, como aquel que no aparece en la pantalla de la televisión-basura. Me anuncia un compañero del alma compañero que como demostración de su estimación se dispone a regalarme una ventana en Internet. O sea, según me aclara el corresponsal, que a partir de hoy, se me podrá localizar a través de la función detectivesca encomendada a Internet. No necesito decirles a ustedes que la propuesta me asustó, casi tanto como cuando me impusieron el teléfono fijo a la cabecera de la cama. Pero no me atreví a negarme a tan distinguida muestra de aprecio, por si el dador pudiera sentirse ofendido. Pero la verdad es que, salvo contingencias, me sobran los instrumentos mediante los cuales se pretende medir el grado de progresismo que atesoro. Y no me siento infeliz por no conocer las elevadísimas funciones de lo de Internet, ni por carecer de teléfono de oreja, ni por no disponer de ordenador particular, dado que pienso, con todas las cautelas que la afirmación exige, que no contar en la vida con ninguno de los múltiples artefactos de que nos estamos rodeando, tampoco sea como para romperse el vestido o cubrirse la frente de ceniza. Alguno de nuestros organismos oficiales más acreditados, está dispuesto a dotar a todos los ayuntamientos de la provincia, por muy lejanos y olvidados que aparezcan, de Internet. Internet para todos, se repite como slogan electoral, y cuando alguien sugiere que en lugar de meter a los pacíficos y esforzados hombres del campo en aventuras, obligándoles al atendimiento de nuevas invenciones, mejor harían, dicen, en vigilar los sistemas de riegos, las ausencias de Centros de Salud, las escuelas, los recintos para el acogimiento de ancianitos, etcétera, etcétera, etcétera. Le llaman a esta disposición de extender el uso y el abuso de Internet, Servicio de Asistencia a Municipios, como si efectivamente la prioridad entre las graves carencias de nuestros Ayuntamientos fuera la dotación de Internet. Y un señor titulado y con todos los derechos para opinar, aprovecha la época electoral para proclamar (copio literalmente sus palabras) «Ahora se usa Internet como panacea para todos los problemas, y eso no soluciona nada a los Ayuntamientos, pues lo que tienen es un problema de recursos...». Y así hasta rematar la advertencia afirmando que Internet no es la solución y que el movimiento se demuestra andando. Ilustración: Llegó a León una tribu de húngaros, de los que arreglaban cacerolas de latón, y fueron a instalarse a la sombra del antiguo cementerio, por los altos de la Nevera. Conocida su presencia y su situación lastimosa, una de las damas más pías de la Ciudad recordó, en asamblea misericordiosa, acudir en auxilio de aquellos pobres de Cristo. Y no se le ocurrió a la buena señora otra ayuda mejor que regalar a la tribu hojalatera un soldador eléctrico. ¿Comprenden?

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