De enhorabuena

LAS MUJERES estamos de enhorabuena. Por primera vez en la historia de la democracia una mujer, María Teresa Fernández de la Vega será vicepresidenta del Gobierno o, lo que es lo mismo, podrá presidir consejos de ministros y actuar como presidenta en funciones. Ese nombramiento es muy importante por lo que tiene no sólo de ejemplar -juez de profesión, con gran prestigio intelectual y con una dilatadísima experiencia política y parlamentaria- sino de ejemplarizante de cara a la cacareada igualdad de género. Muchas hemos sostenido, desde siempre, que el tema de la paridad entre hombres y mujeres no era solamente una bandera ideológica enarbolada por muchos colectivos de mujeres sino una forma de acceder a puestos de responsabilidad que debido a una cultura tremendamente machista se nos habían negado históricamente debido a nuestro sexo. Nadie discute el principio de que se debe llegar a los mas altos puestos por méritos propios se sea hombre o mujer y eso estaría muy bien siempre que se compitiera en igualdad de condiciones cosa que no ocurre. Es elemental la afirmación de que un hombre bien preparado es igual a todos los efectos que una mujer bien preparada pero la realidad choca a menudo con las normas más elementales del sentido común. Que las mujeres tengan cargos de representación política es muy importante por el hecho en sí y también por lo que significa aunque haya mucho machista enmascarado, que se disfraza de progresista, reclamando una igualdad en estado puro como si no hubiera una discriminación de partida. Por eso el nombramiento de María Teresa que, por cierto, es una mujer valiente y luchadora, leal en lo político y trabajadora incansable, es muy importante. Y no sólo por el nombramiento en sí, sino por lo que significa. El día en que además de tener una vicepresidenta tengamos una presidenta del Gobierno podremos empezar a hablar de que las cosas se están empezando a normalizar en este país en términos de igualdad y eso no es hacer feminismo barato como argumentan algunos para atacarnos. Eso es hacer justicia y punto. Me niego a pensar que ningún partido político tiene entre sus filas mujeres que puedan ser aspirantes a la Moncloa. Simplemente es que no apuestan por ellas. ¿por qué será?