De hora y media
A VECES CREO ver a gente bailando sobre los muertos y heridos de esos trenes reventados. Otras les veo simplemente subidos a los ataúdes de su memoria haciéndose una foto mientras sueltan un discurso de condenas al terrorismo y tópicas condolencias que suenan tan convincentes como las epístolas que leen las cuñadas en las ceremonias de boda. Hay toda una cuota de obscenidad y oportunismo en tanta catarata de actos, homenajes y recordatorios de las víctimas de aquella fatal mañana camino de Atocha. Todos quieren sumarse al dolor asomando el careto, anunciando su marca o exhibiendo el cargo. ¿Quién se priva de apuntarse a la conmoción? Vimos en la tele un escenario grandioso de asamblea madridista y futbolera con un Florentino Pérez en el ambón predicando o dando trigo a las palomas que ahora se invocan o se sueltan por las plazas para que las engulla el cielo y el olvido; al fondo de aquel estaribel, en una pantalla gigante, asomaba grandioso el escudo del club y las fotos de dos hombres que engrosaron la cifra de cadáveres de aquella salvajada; eran miembros de peñas madridistas de Alcalá y su corredor de la muerte. La directiva del club se sumó al homenaje, montó su catafalco particular y allí se lucieron dolores de corbata. No digo lo que sentí, porque también es obsceno. Hay actos donde parece que los muertos importan menos y lo que cuenta es la honra que a su costa se tributan los vivos vistiéndose con dolor ajeno y apareciendo también como víctimas, todos somos víctimas, dicen, qué desfachatez. En las sociedades que se sienten culpables por algo las caridades se suelen pregonar a cornetazos y las condolencias llevan sonajeros y crótalos como hacen las plañideras que contratan en Armenia o El Cairo para llenar de gritos y espantos desgarrados los funerales, de manera que estas honras y pompas no se hacen tanto para conjugar y compartir el dolor de las víctimas y los suyos, como para florear los vivos sus finos y solidarios sentimientos, uy, qué pena tan grande, pon un lazo negro en la publicidad, que se vea mi logotipo a pie de las exequias, pase el señorito al primer banco, minuto de silencio ante el ayuntamiento y la foto, que amague una lagrimina la presidenta, vengan teles y papeles, vengan lutos de hora y media...