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EL PULSO Y LA CRUZ

Descoyuntamiento flagrante

Publicado por
ANTONIO TROBAJO
León

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UNO vive con cierta sorpresa. Todo el mundo (es un decir) se empeña en afirmar que ya hemos embocado la Semana Santa y todo el mundo (es un decir) se empeña en vivir como si de santo no hubiera nada en su diccionario particular. Será eso del «hombre descoyuntado» de que le gusta hablar a quien fue nuestro obispo, D. Fernando Sebastián. O será un estado de esquizofrenia que acecha al hombre contemporáneo, enganchado a un pasado esclerótico y volcado en un presente efímero. Uno toma el pulso de la calle y de los medios de opinión, y se encuentra con que además de la macrosituación del mundo y de Europa y de nuestra España, lo que interesa en este momento es acoplar presupuestos y calendario con vistas a las inmediatas vacaciones y conseguir olvidar un trimestre de aúpa. Sin olvidar otras preocupaciones: cómo organizarnos para participar (si se es cofrade) en las abundantísimas procesiones, cómo hacernos con el programa de mano para saber dónde puede estar el atasco de la circulación, cómo disponer lo necesario para acercarnos al pueblo y orear la casa de los abuelos, cómo vernos con los amigos para «matar unos judíos» (ya rebosa la limonada, «de la casa» por supuesto), cómo sacar tiempo para realizar las chapucillas que tenemos pendientes, o, si me apuran y dependiendo de edades, cómo montarnos un buen rollo para desmadrarnos con la excusa de la memoria de aquel Genarín nocherniego y más. ¿Dónde queda, en este pulso sociológico, la Semana Santa cristiana, con sus ritmos temporales, sus celebraciones litúrgicas, sus signos de penitencia, su talante renovador y esperanzado? ¿Qué suponen en medio de esta baraúnda de postmodernidades el espíritu de la Semana Santa cristiana que apunta a señales inequívocas de un ser humano reconciliado, reconciliador y que apuesta por los valores integrales de su condición, incluidos los trascendentes? Decididamente, este descoyuntamiento flagrante no tiene más salida que la de reconocer, sí, la dimensión sociológica de un pasado que fue, en alguna medida cristiano, y admitir, también un presente en el que el hombre y la mujer de fe serán una minoría -ojalá relevante- en la sociedad. Y no es que queramos ir hacia una Iglesia de catacumbas que acaba siendo una secta, a la que siguen apuntadas personas que se encastillan en la añoranza de lo que fue. Que no es eso. Pasemos a otros pulsos, no por más concretos menos significativos. Casi en telegrama. Nueva directora general para las Misioneras Apostólicas de la Caridad, fundadas por don Ángel Riesco en La Bañeza y extendidas más allá de nuestras diócesis. Se llama Mercedes Moratinos Torres, tiene 48 años de edad y es natural de Valladolid. Entre otras cosas fue Vicepostuladora de la Causa de Canonización del fundador. Por cierto que, según me soplan al oído, parece que ya hay milagro y no hay que buscarlo muy lejos. Signos de que Dios anda entre nuestros pucheros. La Cofradía del Santo Cristo del Perdón, con sede en la parroquia de San Francisco de la Vega, de la capital, sigue en sus trece de conseguir el indulto para un preso (también será de La Bañeza) para su día grande que es el martes Santo, pero además este año han puesto en marcha la iniciativa de que el Cristo de la Esperanza sea pujado por doce reclusos del Centro Penitenciario de Mansilla de las Mulas. Así devuelven a Cristo y a la sociedad la carga que han sido para uno y otra. Sorpresas te da la vida: resulta que la Asociación de Mujeres Progresistas Bercianas entregó recientemente el «Premio Mujer» a las religiosas que atienden la Casa de Acogida de mujeres maltratadas «Ntra. Sra. de Fátima» en Fabero. Lo que son las cosas. Matrículas de honor para D. Antonio Viñayo, por el enésimo homenaje que le han dedicado; para la parroquia de Villademor de la Vega, por la colaboración sustancial con la Hermandad de Santa Marta de León; para Javier Cuñado Antón, que acaba de publicar un libro sobre la ruta jacobea, «Camino de soñada Compostela»; para la buena gente de Almuzara, en las cercanías de Cármenes, que están rehabilitando la ermita en régimen de «hacendera»; para la parroquia de San Lorenzo de León, de los PP. Carmelitas, que ayer nos invitaron a unos «Encuentros con Jesús» de toma pan y moja.