| Análisis | Alimentación y salud laboral |
Una dieta variada y equilibrada mejora el rendimiento laboral
Una alimentación inadecuada llega a provocar en el trabajador síntomas como cansancio, ansiedad, nerviosismo, falta de reflejos, desinterés, insomnio y estrés
Los expertos inciden en que una correcta alimentación repercute favorablemente en nuestra salud y nos ayuda a mejorar el rendimiento físico y psíquico durante la jornada laboral. Una dieta variada y equilibrada mejora el rendimiento, mantiene el cuerpo sano y con un mayor nivel de bienestar. Independientemente del tipo de trabajo que se realice -sedentario, a turnos, con gran desgaste físico o psíquico- conviene no olvidar que las necesidades nutritivas de cada persona están relacionadas con la edad, el sexo y otro tipo de factores, como los climáticos y socioculturales entre otros. Una alimentación inadecuada -dietas hipocalóricas, hipercalóricas o desequilibradas- influye negativamente sobre la salud, la vida cotidiana y por tanto durante la jornada laboral, apareciendo síntomas de cansancio, ansiedad, nerviosismo, fatiga, irritabilidad, falta de reflejos, desinterés, insomnio y estrés. Mejor dieta, más rendimiento Diversos estudios confirman que dietas adecuadas a cada situación personal mejoran el rendimiento y el bienestar de los trabajadores. Así, y como es lógico, en trabajos que requieren un gran esfuerzo físico se recomiendan dietas con elevado valor calórico, y, por el contrario, en personas que realicen trabajo de tipo intelectual o con menor desgaste físico, el aporte de calorías recomendado es menor. Personas sometidas a estrés psíquico deben incluir en la dieta nutrientes que mejoren el funcionamiento del sistema nervioso. Se recomiendan vitaminas del grupo B, vitamina E, sales minerales y oligoelementos, así como ácidos grasos esenciales presentes en aceites de semillas y en frutos secos. Por otro lado, conviene adaptar los horarios de trabajo con el consumo de alimentos para evitar problemas de tipo dig estivo. Digestiones lentas y pesadas, estreñimiento y diarrea, flatulencia y otras patologías disminuyen la capacidad de rendimiento laboral induciendo a la somnolencia y a la falta de atención.