Practicando la intuición

Siempre se ha ligado al cuerpo de bomberos con la extinción de incendios y, de hecho, ésta es una de sus labores más características. Sin embargo, los bomberos han tenido que adaptarse a las necesidades y prepararse para afrontar nuevas realidades. Durante esta semana pasada los miembros del parque leonés han participado en un curso de descarcelación y extracción de víctimas en accidentes de tráfico. En León, los bomberos suelen realizar una media de tres salidas a la semana para intervenir en accidentes de tráfico. José María Villafañe, instructor del parque de bomberos de Valladolid, uno de los encargados de dar el curso, justifica estas salidas por el constante aumento del parque automovilístico. A pesar de que en los simulacros que los bomberos leoneses han realizado durante esta semana no se comportan tal y como ocurre en la realidad, con estos ejercicios aprenden y mejoran las técnicas para, después, en un accidente, puedan aplicar los conocimientos adquiridos de manera más intuitiva. «El objetivo de estos cursos es perfeccionar técnicas aprendidas hace cuatro años, nuevas tecnologías y nuevas técnicas de descarcelación», matizó Villafañe. Lo primero, en un accidente, es llevar a cabo la ubicación de los equipos y el material y tomar las medidas necesarias para balizar la zona. Después, extinguir o evitar cualquier incendio para proceder a la estabilización del coche. Por último, se aborda el vehículo por algún hueco posible para poder prestar apoyo psicológico al herido. Para concluir el rescate se procede a la descarcelación y la extracción de la víctima en las mejores condiciones de seguridad posible. «El factor psicológico, in situ, repercute en gran medida en el estado del accidentado», asegura el instructor de bomberos de Valladolid. Por este motivo, en el momento en que uno de los bomberos aborda el vehículo comienza a hablar con la víctima, a tranquilizarla y a realizarle una serie de preguntas para conocer su estado. La colaboración entre todos los cuerpos de seguridad es esencial a la hora de intervenir. Por regla general, y en función de las necesidades que implique la salida, las dotaciones del parque de León suelen ser de un conductor, un mando y tres bomberos. Algunos de los bomberos del parque leonés se quejan de la falta de recursos y medios para poder desarrollar su trabajo. Aseguran que precisan de materiales más modernos de los que ahora se dispone.