La ONU alerta sobre las principales amenazas que sufre el entorno Ártico

Bajo el título «El entorno Ártico, perspectivas europeas», el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Agencia Europea del Medio Ambiente han elaborado un informe en el que se recogen las amenazas más importantes que sufre una de las últimas zonas vírgenes, cuyas consecuencias se harán sentir en todo el planeta. La fragmentación de los hábitats, la polución, la sobreexplotación pesquera y la tala forestal indiscriminada son algunas de las agresiones que degradan a la región ártica. A esto hay que añadir los efectos que el cambio climático está ejerciendo sobre la superficie helada, que está retrocediendo a gran velocidad, y la acción del hombre sobre la biodiversidad, hasta el punto de poner al borde de la extinción a muchas de sus especies. En este sentido, no se debe olvidar que a lo largo de los siglos se ha ejercido una gran presión sobre focas, osos polares o ballenas, muchas de las cuales tienen que estar sometidas a programas de protección para evitar su desaparición. Y, en los últimos tiempos, la extracción de petróleo, gas y minerales. Caza ilegal Desgraciadamente, lo que no se ha conseguido erradicar es la caza fuera de las zonas protegidas, así como el comercio ilegal de especies en peligro. No obstante, la actividad cinegética está regulada en muchas de las zonas para que puedan mantenerse las necesidades de la población indígena. Según se recoge en el citado estudio, es necesario que tanto la UE como otros países que han explotado durante siglos los recursos del Ártico aborden el problema para evitar consecuencias irreversibles, no sólo medioambientales, sino también económicas y sociales que afectarán a la población indígena. Además, los científicos han constatado la presencia de sustancias tóxicas, algunas de ellas cancerígenas, presenten en especies consideradas como claves, que podrían poner en peligro la salud humana. A pesar de todos estos problemas, desde el PNUMA se indica que existen medidas para evitar la destrucción total del Ártico entre las que destacan la Convención de Estocolmo contra Contaminantes Orgánicos, que entra en vigor el próximo mes de mayo, y el tan esperado Protocolo de Kioto, pendiente aún de la ratificación por parte de Rusia. Por su parte, fuentes de la Agencia Europea del Medio Ambiente insisten en que se deben gestionar correctamente los recursos naturales del Ártico, algo que sólo podrá lograrse con la colaboración de los indígenas, gobiernos y el sector privado.