Mujeres al poder
HAY QUIEN piensa, y no le falta cierta razón, que el tema de la paridad es en sí mismo una forma de discriminar a las mujeres. Que lo que ha hecho José Luis Rodríguez Zapatero nombrando igual número de ministras que de ministros es una chorrada. Que lo importante sería que alcanzasen el poder no por ser mujeres sino por ser las más preparadas en su campo. Hasta aquí nada que objetar si no fuera porque la tan cacareada igualdad no existe más que en el papel. Concretamente en la letra de la Constitución pero no en la vida cotidiana. Mientras haya mujeres que desempeñando el mismo trabajo cobren menos que un hombre, habrá que aplicar la paridad o las cuotas en las listas electorales. Lo ideal sería que desde este momento nadie pusiera en duda la capacidad profesional de una mujer teniendo en cuenta que son mayoría en la Universidad, que son las que mejor notas sacan y que, puestas a competir, no les gana nadie. Pero hete aquí que pese a los logros alcanzados, que son muchos sin duda, existe discriminación, violencia de género, y acoso sexual. Problemas que por ahora no llevan camino de solucionarse fácilmente quizá porque falta sensibilidad política para hacerlo. Pregunto: ¿Por qué si nadie cuestiona la valía de los hombres hay que cuestionar la de las mujeres? ¿Por qué no valorar a las mujeres con las mismas medidas que se valora a los hombres? Sé que es un tema realmente espinoso pero en algún momento habrá que abordarlo con valentía, sinceridad y sin hacer demagogia. Y aunque es pronto para saber si las ministras nombradas por José Luis Rodríguez Zapatero, harán bien sus deberes, o tan bien como sus compañeros de Ejecutivo, yo les deseo lo mejor. Entre otras razones porque es la primera vez en la historia de la democracia que una mujer ocupa una vicepresidencia del Gobierno. La primera que una mujer tiene tanto poder en sus manos como María Teresa Fernández de la Vega que, de hacerlo bien, podría abrir la puerta a otras muchas que como ella han dedicado su vida entera a la política, a la cosa pública, sin que nadie haya podido decir nada negativo respecto a su trabajo. Dicen que se hace camino al andar. Pues pogámonos en marcha, que tenemos una oportunidad de oro.