En grupos reducidos de 20 personas, y previo pago de entrada, se permitirá el acceso a unos rincones inéditos de la basílica compostelana.
El proyecto llevaba cinco años en estudio, pero no pudo materializarse hasta adoptarse las medidas de seguridad y de conservación adecuadas.
Los tejados de piedra están escalonados y se cubren de líquenes por la lluvia.
circuito de la visita está realizado en piezas de madera de iroco, adaptadas a la piedra sin agredirla con clavos ni puntas.
La intervención para habilitar los tejados es totalmente reversible y desmontable.
Los visitantes sólo subirán acompañados de un guía, nombrado por el cabildo.
Los visitantes podrán ver la Cruz dos Farrapos, donde los peregrinos de la Edad Media quemaban los hábitos después de orar.
La Catedral de Santiago adquiere en sus tejados una nueva dimensión, más humana en su grandiosidad.
Se ha diseñado un itinerario sobre una pasarela de rejilla, balizada con luces y con una barandilla para impedir que los visitantes se acerquen demasiado a los bordes.
La subida será por la fachada del Obradoiro, la de las campanas.
Las obras, casi terminadas, corren a cargo de la empresa Tuconsa, bajo el proyecto del arquitecto Ricardo Sáez.