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Una hormona es responsable de una hipertensión que puede acabar con el feto y con la madre

Recientes estudios identifican una grave complicación del embarazo

Una de cada diez embarazadas puede sufrir una patología denominada preeclampsia

Es preciso un control estricto de la enfermedad una vez diagnosticada

Publicado por
C. A. Chamorro y D. Welsh - león
León

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Recientes investigaciones han demostrado que el desarrollo de la placenta puede hacer que se produzca una situación posiblemente mortal, la preeclampsia, debido a que la placenta compite con el metabolismo de la madre para salvar el feto. La preeclampsia se produce aproximadamente en el 10 por 100 de las embarazadas cada año. Suele aparecer en la segunda mitad del embarazo y sus síntomas son un aumento súbito de la tensión sanguínea y de la urea en orina. Puede producir ataques e incluso la muerte de la embarazada y del feto. Actualmente el único remedio es provocar el parto. Hasta ahora no había pruebas de cómo se producía la preeclampsia. En la mayoría de los embarazos, la vascularización de la placenta (creación de vasos sanguíneos para el aporte de sangre de la madre al feto) termina alrededor de las 20 semanas de embarazo pero, si no se llega a esa situación, la placenta en desarrollo empieza a producir una hormona llamada neuroquinina B. Esta hormona no parece tener actividad con el feto, pero un equipo dirigido por el profesor Phil Lowry, de la universidad inglesa de Reading, ha observado que una vez que la hormona sale de la placenta, su proceso en el cuerpo de la madre es muy distinto, haciendo que aumente su tensión sanguínea para que llegue más nutrientes al feto. Ese aumento es el que produce directamente la pre-eclampsia. El error de la placenta El profesor Lowry explica: «Creemos que esta situación se produce porque la placenta trata de compensar la mala vascularización. Al producir esa hormona, trata de «controlar» el metabolismo de la madre para obligarla a que derive más recursos al feto a través de la placenta. En ese intento por corregir una deficiencia, la placenta amenaza la supervivencia tanto de la madre como del niño». Esperamos que este mayor conocimiento de la cuestión nos permita desarrollar métodos para el diagnóstico precoz de la pre-eclampsia y tratamientos de la situación antes de que llegue a amenazar la vida de la madre y del feto. Desde el punto de vista científico es interesante saber que una hormona actúa de modo distinto en la placenta y en la madre. Esto tiene consecuencias para muchas otras hormonas producidas por la placenta y podría abrirnos las puertas a un mayor conocimiento de cómo funciona. Por tanto, tenemos todavía mucho trabajo por delante», añadió el profesor Lowry.