En Europa, uno de los más destacados fue el de Rainiero quien, en contra de lo habitual, se casó con una plebeya. Grace Kelly, una famosa actriz de Hollywood, se convirtió en la cenicienta de Mónaco.
Una boda de gran boato fue la celebrada en 1947 en la Abadía de Westminster. Los novios eran la de aquella princesa Isabel y Felipe Mountbatten, posterior duque de Edimburgo.
La boda de Don Juan Carlos y Doña Sofía, celebrada en Atenas en 1962, se convirtió en una de las mayores concentraciones de la realeza europea. En total, asistieron al enlace 137 reyes y príncipes.
Otra boda que llamó la atención en la Europa de los 60' fue la de Balduino y la española Fabiola de Mora y Aragón. El trono belga seguía con la tradición de no tener una reina nacida en sus fronteras.
Un emperador que encontró muchas dificultades para casarse fue Akihito. El Japón de los años 50' no veía con buenos ojos que se casase con Michiko, hija de un fabricante de salsas de soja.
En 1951 se casaban el Sha de Persia y Soraya Esfandiari. Él se había fijado en la joven, cuanta la leyenda, a través de una fotografía. Sin embargo, la historia se truncó. Él la acusó de infertilidad y la desterró.
Lisa Halaby, la futura Noor de Jordania, formó parte junto con Grace Kelly de ese grupo de formadas americanas que accedían a la realeza. Se convertía en 1978 en la cuarta esposa del rey Hussein.
Una de los matrimonios más polémicos de las casas reales europeas fue el de Carlos de Inglaterra y Diana Spencer. En 1981 contraían un matrimonio que sólo duraría once años.
Uno de los monarcas más jóvenes que rompió moldes con su boda fue Abdalá II, quien se enamoró de la palestina Rania durante una reunión. Comieron en un Hard Rock y desde entonces, están juntos.
Mohamed VI protagonizó la primera boda pública de un miembro de la dinastía alauí. Se casó con la informática Salma Bennani en julio de 2002.