Sinfonías para un cantautor

Con quince minutos de retraso sobre la hora prevista, Joan Manuel Serrat apareció anoche en el escenario del León Arena tras una breve introducción musical a cargo de la Orquesta Manuel de Falla de Cádiz. Una escenografía simple pero eficaz, presidida por un espectacular juego de luces, arropó una actuación, seguida por casi tres mil personas, en la que se echaba en falta la presencia de las socorridas pantallas de vídeo; un aditamento que parece innecesario pero que sería de gran utilidad en un recinto de las características de la Plaza de Toros. Pese a ello, el cantautor de Poble Sec se metió a la audiencia en el bolsillo haciendo gala del gusto musical que ha presidido su larga y fecunda trayectoria artística. La sobriedad de Serrat, vestido de riguroso negro, tuvo justa correspondencia por parte de un público que le recibió entusiasmado, pero sin las habituales demostraciones de histeria que suelen presidir este tipo de convocatorias cuando de otros artistas se trata. Aunque durante el primer tema se hicieron necesarios algunos ajustes de sonido, pocas veces se ha logrado la calidad sonora de la que se pudo disfrutar ayer en el León Arena. «Bienvenidos a ésta que es su casa, mi gratitud por estar en ella», con estas palabras, el autor de Mediterráneo quiso mostrar su agradecimiento a una gente que «ha decidido compartir una noche de su vida con nosotros». «Cançó de matinada» La interpretación, en catalán, de Cançó de matinada avivó el fervor de unos espectadores que no dudaron en aplaudir al artista cuando manifestó que éste «fue mi primer gran éxito, en unos tiempos en los que mandaba un general bajito y con muy mala leche». Fa vint anys que tinc vint anys , Aquellas pequeñas cosas , Mi niñez , Princesa , Pueblo blanco , Es caprichoso el azar o La bella y el metro , fueron otros de los temas que interpretó un cantautor en estado de gracia que ha empleado nada menos que cinco años en materializar este ambicioso proyecto, al que ha bautizado con el nombre de Serrat Sinfónico .