EL PULSO Y LA CRUZ
Secretos de la publicidad
POCO es lo que tenemos: Por eso es necesario que dé ruido y parezca multitud. Que algo de eso debe haber en los secretos de la publicidad. Se trata de la antorcha mortecina de nuestros Seminarios y del pábilo humeante de la pastoral vocacional. Resulta que hoy mismo, a las 6 de la tarde, en el Seminario de León, tres seminaristas celebran el llamado Rito de Admisión, que es algo así como el primer paso público con el que ellos expresan su voluntad de caminar hacia el sacerdocio y toda la comunidad cristiana se compromete a apoyarlos en todas las facetas del crecimiento en la fe y en la vocación. Hace unas fechas fueron algunos seminaristas de Astorga, quienes lo celebraron en Bembibre. Hoy es en León y serán los protagonistas Juan Carlos García Caballero, de Boñar, Carlos Martínez, de Mansilla de las Mulas, y Ángel de la Varga, de La Aldea del Puente. Cursan tercero de Estudios Eclesiásticos (están , pues, a mitad de camino) y forman parte del grupo de siete seminaristas mayores con los que contamos en León. Poca cosa. Esperemos que suplan la escasa cantidad con la abundante calidad. Que sí. Que no hay mal que cien años dure. Y que está para despuntar el alba. Una prueba de que amanece y de manera sorpresiva es que ahí está, hoy mismo, la asamblea de la Hermandad de Exalumnos del Seminario de León, que nació exactamente en esta fecha en el año 1964, sigue vivita y aporta su entusiasmo y su dinero para patrocinar el sostenimiento de algunas vocaciones, aquí y al otro lado del Atlántico. Ya ven, los Seminarios lánguidos y los exseminaristas boyantes. Todo un signo de la validez de cualquier esfuerzo que se invierta en educación cristiana. Aunque el genio de Almodóvar lo vea de otra manera. Anoche, con una fiesta al más puro estilo calé, terminaban en la capital las Jornadas de Cultura Gitana, que organizaron diversas entidades y en particular el Secretariado Gitano y el Hogar de la Esperanza. Hubo tiempo para ahondar en la realidad (con una Mesa Redonda), escarbar en los orígenes (con la Ceremonia del Río, a orillas del Bernesga) y dar culto a Dios con la memoria agradecida del Beato Ceferino Jiménez Malla, «El Pelé», en la iglesia de San Pedro de los Huertos. En tiempos en que casi todos los gitanos se han decantado por ser «Aleluyas» y distanciarse del culto católico. Un deslizamiento así debe hacernos pensar. Felicitaciones cincuentenarias para las Madres Escolapias, porque hace medio siglo se afincaron en Astorga y allí siguen desgranando carisma y multiplicándolo en alumnos y servicios. La conmemoración, el pasado 17, fue una fiesta por todo lo alto. Como se merece. En lo civil hoy es el Día del Trabajo, que nació con vocación reivindicativa frente a las patronales y que hoy se adorna con un tufillo romántico y arqueologista. Tiempo después de su instauración, la Iglesia quiso bautizar la fiesta y colocó en este día la Memoria de San José Obrero. Con una sana y acertada intención: dar al hecho del trabajo manual o asimilado una aureola sagrada, que ponga los perfiles mucho más altos. Se trata de exaltar el valor humano y teológico del trabajo -de cualquier tipo de esfuerzo- que se convierte en colaboración con Dios en la obra creada, realización personal, contribución al desarrollo en bien de otros y ejercicio de esperanza, por cuanto esta tierra es anticipo y figura -todavía imperfecta- de los cielos nuevos y la tierra nueva que esperamos. Con esta bagaje bien se puede celebrar el día. También hoy es fiesta grande en Valdorria, a la espera del XI centenario de San Froilán. Mañana, primer domingo de mayo, además de ser el histórico día 2, se juntan tres celebraciones especiales. Una de ellas es el comercial Día de la Madre, que hunde sus raíces en la fe cristianas, por eso de que mayo es el mes de la Virgen. Otra es la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, que no hemos de descuidar, especialmente por la urgencia que tenemos (al menos en la vieja Europa) de que no nos falten personas que sigan a Jesucristo en entrega total para servicio y ejemplo de los demás, su lema es «Muéstrame el camino de la vida». Y la otra es el Día de las Vocaciones Nativas, o sea, del Clero indígena -que decíamos hace unos años-; porque «Muchas son las vocaciones ... y escasos los recursos», justo es que arrimemos el hombro -y el bolsillo- y reguemos esta Operación de Primavera de la Iglesia.