Gente de aquí | Desfile en la prisión
Cuando la moda se hace libre
Un grupo de 18 presos y presas, todos del módulo terapéutico de Villahierro, cambian la soledad de sus celdas por la pasarela en un gesto que abre el camino a su proceso de reinserción
La legendaria lengua de los Rolling Stones tatuada en el brazo de un modelo y un riguroso control para acceder a la pasarela ya advertían que este no sería un desfile de moda cualquiera. Dieciocho presos, quince hombres y tres mujeres, todos del módulo terapéutico del centro penitenciario de Mansilla de las Mulas y encarcelados en su mayoría por delitos relacionados con la droga, cambiaron ayer la soledad de su celda por la magia efímera de los focos y las cámaras. Fueron libres, pero sólo por unas horas. En ese tiempo -llevan quince días de ensayos- han aprendido a soportar el miedo escénico y, sobre todo, a acicalarse. Estuvieron junto a ellos miss León, modelos profesionales del CPI, Neli, su psicóloga, periodistas y más de 200 internos como espectadores. «Les tenían que dar una estatuilla de la libertad», comentan en el auditrorio.