La guía de la excursión de Sierra Nevada comparece como imputada

Sonja Van Zanten, de 39 años, la guía responsable de la excursión de Sierra Nevada en el que el pasado miércoles murieron tres holandeses, comparecerá este lunes en calidad de imputada ante el titular del juzgado de Instrucción número uno de Órgiva, quien abrió el pasado viernes una investigación para depurar posibles responsabilidades de la tragedia. La Guardia Civil, que en los últimos días ha tomado declaración a varios de los participantes en la expedición, responsabiliza de un delito de homicidio por imprudencia. El Código Penal, en su artículo 142, prevé penas de cárcel de entre 1 y 4 años para el que por «imprudencia grave» causara la muerte de otro y señala que cuando «el homicidio fuera cometido por imprudencia profesional se le impondrá pena de inhabilitación especial para el ejercicio de profesión, oficio o cargo por un periodo de 3 a 6 años». La guía del grupo de los diez excursionistas extranjeros quedó en libertad el sábado tras prestar declaración en la Comandancia de la Guardia Civil de Granada. Junto a ella tendrán que declarar en el mismo juzgado los excursionistas supervivientes de la peligrosa travesía. Según informaron fuentes cercanas a la investigación, la guía acusada por la Guardia Civil no reconoció en ningún momento su responsabilidad en las tres muertes de sus compatriotas. En cambio, sí defendió que su actuación fue correcta. Sonja Van Zaten afirmó que nadie le avisó del riesgo de ventisca y que no habló nunca con el guardia del refugio. Asimismo, aseguró que no obligó a nadie a continuar la marcha cuando dos de las excursionistas optaron por darse la vuelta. Catherina e Isabelle, las dos excursionistas que se negaron a realizar la expedición al ver que «ni estaban preparadas ni hacía buen tiempo», fueron las voces más duras elevadas desde el grupo de senderistas contra Sonja. Estas dos mujeres la acusaron de cometer una «gran irresponsabilidad» al afirmar que ella dijo que no había ningún peligro, a pesar de las advertencias que les hicieron desde el hotel donde se alojaban y del propio guarda del refugio. Éste relató que la guía apenas hablaba español y que cuando supo que habían emprendido el camino les indicó la ruta a duras penas. Falta de experiencia Pero más allá de las apreciaciones de los participantes de la excursión y de los lugareños que vieron ignorados sus consejos, expertos en la montaña como los agentes del Servicio de Rescate e Intervención en Montaña de la Guardia Civil (Sereim) -desvinculados a las diligencias practicadas por la Policía Judicial- ven circunstancias que demuestran la falta de información sobre la Sierra y la inexperiencia de la guía.