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| Crónica | Boda real |

Por el bienestar y el progreso

En un discurso improvisado, el príncipe Felipe agradeció el almuerzo que la Comunidad de Madrid ofreció a la real pareja y brindó por aquellos que padecieron por defender la libertad

Publicado por
Tomás García Yebra - madrid
León

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En un almuerzo organizado por la Comunidad de Madrid, el príncipe Felipe brindó con palabras improvisadas por el «bienestar y progreso» de los españoles y aseguró que no olvidará a quienes «sufrieron y padecieron por defender la libertad y nuestros valores democráticos». «Nuestra boda -dijo don Felipe- es un acontecimiento de Estado que se celebra en la Comunidad Autónoma de Madrid, en su capital, que lo es también de toda la nación; por eso queremos compartir con Madrid y con los españoles esa especial emoción que sentiremos ese día». Acompañado por su prometida, Letizia Ortiz, el Príncipe de Asturias llegó a la sede del gobierno regional, situado en la Puerta del Sol, poco antes de las 14 horas. Les estaba esperando la presidenta de la comunidad, Esperanza Aguirre y el alcalde de la capital, Alberto Ruiz Gallardón. Cientos de personas se agolparon en el edificio de la sede gubernamental para ver de cerca a los novios. Tras dejarse fotografiar por una apretada nube de reporteros gráficos, el Heredero y su prometida firmaron en el libro de Honor de la Comunidad de Madrid. Posteriormente se dirigieron al Patio de la Real Casa de Correos, donde tomaron un aperitivo antes de sentarse a la mesa. El menú 250 invitados -la mayoría miembros de la corporación municipal, aunque también se pudieron ver personalidades del mundo de la cultura, la ciencia, la universidad, la justicia y las finanzas- les acompañaron en un almuerzo compuesto por langostinos gratinados con juliana de verduras y arroz pilaff, medallones de ternera rellenos de foie fresco con setas y patatitas, y, de postre, imperial de chocolate con coulis de frutas rojas, café y mignardises. Vinos: albariño y rioja. Cada una de las mesas -redondas, para diez comensales- estaban bautizadas con el nombre de una plaza famosa de Madrid: Cibeles, Neptuno, Constitución, Plaza de la Villa... El Príncipe y Letizia Ortiz se sentaron en la mesa Puerta del Sol. Un grupo de periodistas, en el otro extremo, se sentaron en la Plaza de Cascorro. La presidenta regional, Esperanza Aguirre, levantó su copa de champán y les deseó «toda la felicidad para el futuro que ahora empezáis y que, con Vuestra Alteza y doña Letizia, vamos a compartir todos los españoles». La futura princesa de Asturias iba vestida con una levita de color perla y unos pantalones blanco nuclear que no dejaban ver los zapatos. La altura del tacón -si era muy pronunciado o no- quedó oculto a los ojos de los curiosos. El Príncipe y su prometida asistieron a la quinta corrida de toros de la Feria de San Isidro en la plaza de las Ventas, donde pudieron presenciar las evoluciones de los diestros El Califa, Cayetano de Mora y Antón Cortés. Es la primera vez que los novios asisten juntos a un espectáculo taurino. Todos los miembros de la Familia Real, excepto la Reina, han disfrutado, con mayor o menor frecuencia, de este festejo. El Príncipe y su prometida acudirán mañana a la boda del Príncipe Federico de Dinamarca y la australiana Mary Donaldson.

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